De la abundancia del corazón habla la boca;
de modo que un corazón lleno de maldad sólo
puede producir falsedad y traición.
Pero un corazón lleno de amor producirá,
bondad y paz a su rededor.
Amado Dios, ayúdanos y danos la sabiduría para
pronunciar palabras edificantes y alentadoras,
siendo entes transformadores para los demás.
Por lo cual desechando toda mentira, hablad la verdad cada uno
con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
Ninguna palabra corrompida salga de nuestra boca. Sino la
que sea buena para la necesaria edificación a fin de
dar gracia a los oyentes.
Efesios 4:25 y 29