Aunque la comunión con Cristo no nos dé un
rostro perfecto, puede reemplazar la causa de
los enojos y la frente arrugada con una interior
que muestre la belleza de Cristo
a través de nosotros.
rostro perfecto, puede reemplazar la causa de
los enojos y la frente arrugada con una interior
que muestre la belleza de Cristo
a través de nosotros.
…nosotros todos, mirando a cara descubierta
como en un espejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria
en la misma imagen.
2 Corintios 3:18