Ser sabio es comprender la grandeza de Cristo
como creador de todo lo que existe y darle
el valor necesario por ser
“El autor de nuestra salvación muriendo
en la cruz del calvario”.
Mi amado Jesus, mi redentor te doy gracias,
gloria y honor por tu misericordia
derramada sobre mí, soy tan afortunada
por tenerte como mi Señor y Rey.
¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una
salvación tan grande? La cual, habiendo sido
anunciada primeramente por el Señor,
nos fue confirmada por los que oyeron.
Hebreos 2:3