la llevaríamos un poco rápida e inspiro al apóstol Pablo
a escribir en el libro de Filipenses que NO nos afanáramos
por nada, sino que clamemos a Nuestro Padre Celestial.
La preocupación es el mal uso de la imaginación.
Ten confianza, Él tiene el control de nuestras vidas.

Señor Jesus, te pido me cubra con tu gran amor y
me ayude a esperar en ti, tu nunca dejas solos a tus hijos.
Por nada estéis afanosos sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios con toda oración y ruego,
con acción de gracias.
Filipenses 4:6