Que confortable es saber que cada mañana cuando
abro mis ojos, Oh Dios tu estas ahí a mi lado, que no
me has dejado, no importa las circunstancias, estas ahí
no te has mudado, estas ahí dispuestos a escucharme,
a brindarme tu amor y calor.
abro mis ojos, Oh Dios tu estas ahí a mi lado, que no
me has dejado, no importa las circunstancias, estas ahí
no te has mudado, estas ahí dispuestos a escucharme,
a brindarme tu amor y calor.
Yo me acosté y dormí, y desperté,
porque Jehová me sustentaba.
Salmo 3:5