Procura vivir con la misma intensidad
que un niño. El no pide explicaciones,
se lanza a cada día como si fuese una
aventura diferente y, por la noche,
duerme cansado y feliz.
que un niño. El no pide explicaciones,
se lanza a cada día como si fuese una
aventura diferente y, por la noche,
duerme cansado y feliz.
De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis
como niños no entrareis en el reino de los cielos.
Mateo 18:3