Nuestro desafío es vivir con pureza e integridad,
honrando a nuestro Padre celestial. Pero, cuando
fallamos, no tenemos que temer a Su abandono,
solo debemos venir a los pies de nuestro Abogado;
El cual nos sostiene y pelea por nosotros.
honrando a nuestro Padre celestial. Pero, cuando
fallamos, no tenemos que temer a Su abandono,
solo debemos venir a los pies de nuestro Abogado;
El cual nos sostiene y pelea por nosotros.
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que
no pequéis; y si alguno hubiere pecado,
abogado tenemos para con el Padre,
a Jesucristo el justo.
1 Juan 2:1