Siempre que se aproximan bendiciones de parte
de Dios, vienen temores a nuestras vidas, sin
embargo la palabra de Dios nos invita a
“no tener temor” y Dios nos recuerda que
“Él es nuestra ayuda y nuestro sostén”.
En mi angustia invoqué a Jehová,
y clamé a mi Dios. El oyó mi voz
desde su templo, y mi clamor llego
delante de Él, a sus oídos.
Salmo 18:6