Qué lindo es cuando no importa la circunstancia que estemos
pasando, reconocemos la majestad de Dios y le alabamos
y le adoramos. Y en el momento que deseemos decir
alguna palabra descompuestas, frenamos nuestra lengua y
le decimos un “te amo a nuestro Señor Jesús”. Debemos
tener presente que las heridas del alma son más difíciles
de cicatrizar que las físicas.
pasando, reconocemos la majestad de Dios y le alabamos
y le adoramos. Y en el momento que deseemos decir
alguna palabra descompuestas, frenamos nuestra lengua y
le decimos un “te amo a nuestro Señor Jesús”. Debemos
tener presente que las heridas del alma son más difíciles
de cicatrizar que las físicas.
El alabar a Dios nunca pasará de moda.
….Oí una gran voz de gran multitud en
el cielo, que decía: ¡Aleluya!…
Apocalipsis 19:1