Estamos rodeados de personas desanimadas,
tal vez incluso en nuestros hogares, lugar
de trabajo que necesitan “una buena palabra”
de nosotros para alegrarse. Al mostrarle
el amor y la misericordia de Dios,
puede marcar la diferencia en sus vidas.
La congoja en el corazón del hombre
lo abate; más la buena palabra lo alegra.
Proverbios 12:25