Dios nos creó con un plan, dentro del que concibió
darnos vida eterna. Por ello, somos más que criaturas
que viven en la tierra: somos aquellos en quien mora el
Espíritu Santo de Dios. Él nos dio vida eterna por medio
de la sangre de Jesus derramada en el calvario.
A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen
en su nombre les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios.
Juan 1:11-12