En mis momentos de oración diaria, puedo pedir
sabiduría para ser mejor persona en mi trabajo,
para demostrar a mi familia que la amo tanto
en acción como en palabra, para ser de bendición
a todos lo que me rodean y para que lo demás
vean a Cristo a través de mí.
El hijo del hombre no vino para ser servido,
sino para servir y para dar su vida
en rescate por todos.
Mateo 20:28