Muchas veces lo imposible es simplemente lo que no se ha intentado
y también en ocasiones la meta final parece tan inalcanzable que nos
impide hacer el más mínimo esfuerzo. Pero Dios te dice hoy que no
te detengas que una vez que haya tomado la decisión de arrancar,
te encontraras que estas a más de la mitad del camino.
Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo
que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:13b-14