Amado Señor, te pido en este día, te sientes en el asiento
del conductor de mi vida y tomes riendas sueltas.
Ayúdame a no tener miedo; nada que tu tengas
bajo tu control puede quedar a la deriva.
Si tu Jesus tienes el dominio podré
enfrentarlo todo.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad,
y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe;
y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Mateo 7:7-8