Nunca haga nada, por lo que estés
viviendo en el momento, por impulso;
sin primero pedir la dirección
y la bendición de Dios.
Confía en Jehová con todo tu corazón
y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos
y él hará derecha tus veredas.
Proverbios 3:5-6