Para estar cerca de Dios no tenemos que ser perfecto;
solo debemos rendirnos a Él por completo, darnos
del todo y no a medias, es decir que todo lo que
hagamos “actitud”, lo que hablemos “lenguaje”
refleje que El viví en nosotros. Los que caminan
con Cristo llevan la presencia de Dios
ante quienes los rodean.
Enséñame oh Jehová tu camino guíame
por senda de rectitud.
Salmos 27:11a