Todo necesitamos respaldarnos mutuamente.
Como miembros de la familia de Dios, tenemos
innumerables oportunidades de animarnos unos a
otros en nuestro andar de fe. Además, Dios está en
medio de nosotros concediéndonos
su gracia para hacerlo.
Esto es para ser mutuamente confortados por
la fe que nos es en común a vosotros y a mí.
Romano 1:12