Todo tenemos la misma cantidad de tiempo cada día. La diferencia entre las personas se determina por lo que hacen con el tiempo que tienen a su disposición. No sea como el piloto de la aerolínea que volaba sobre el océano Pacífico que informó a sus pasajeros: “Estamos perdidos, pero estamos haciendo un excelente tiempo!”. Debemos recordar que el futuro llega de segundo a segundo, de minuto a minuto, de hora en hora.
Controlemos nuestro tiempo con la dirección de Dios y podremos dominar nuestra vida para alcanzar las metas trazadas.
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría.
Salmos 90:12