La piedra más valiosa que puede existir es el diamante. Pero al principio, es una roca cualquiera. Debe de pasar por un proceso para poder convertirse en el diamante brillante y valioso. La persona que trabaje con esta roca debe saber en qué lugar martillar para no echarla a perder.
La Palabra de Dios dice en Jeremías 18:1-6 “Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel”. También dice en Isaías 64:8 “Mas ahora, oh Señor, Tú eres nuestro Padre, nosotros el barro, y tú nuestro alfarero; obra de tus manos somos todos nosotros”. Además dice en Romanos 9:20-21 “Al contrario, ¿quién eres tú, oh hombre, que le contestas a Dios? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que lo modela: Por qué me hiciste así? ¿O no tiene el alfarero derecho sobre el barro de hacer de la misma masa un vaso para uso honorable y otro para uso ordinario?”.
RECUERDA, ASÍ COMO EL DIAMANTE COMIENZA SIENDO ROCA Y LUEGO SALE A EXHIBIR TODO SU BRILLO Y BELLEZA, ASÍ MISMO DIOS COMO ESCULTOR POR EXCELENCIA SABE COMO SACAR DE NOSOTROS EL DIAMANTE MÁS BRILLANTE Y EL PRIMER PASO QUE DEBE EXISTIR PARA LOGRAR ESTO ES QUE LA PERSONA RECONOZCA A CRISTO JESÚS COMO SEÑOR, REY Y SALVADOR DE NUESTRAS VIDAS. ¿YA LO TIENES CONTIGO?
Dios te bendiga,
Luis Manuel Polanco Schott