El chismoso todo lo cuenta; la persona digna de confianza guarda el secreto.
(Vers. Dios Habla Hoy) Prov 11:13
¿Nunca te sucedió que le contaste algo importante a una persona, que tú considerabas de confianza, y pasado cierto tiempo te enteraste que ésta persona se lo había contado a varias personas?
En situaciones semejantes, uno se siente defraudado de las personas que no supieron guardar un secreto.
Alguien dijo con razón: – No podemos evitar que los demás hagan lo malo, pero nosotros sí podemos evitarlo en nuestras propias vidas -.
Es verdad, quizás conozcamos muchos que no saben guardar un secreto, pero ¡Nosotros debemos aprender a guardarlo!
La característica del cristiano, que ama a Dios, es que es fiel de espíritu y sabe guardar un secreto. Nota que la idea es guardar un secreto, no encubrir un pecado. La idea de este pasaje no es encubrir pecados secretos, sino guardar aquellas cosas íntimas de la vida de aquellos que nos confían su secreto.
Debemos aprender a seleccionar a nuestras amistades antes de considerarlos como amigos. Debemos cultivar amistades que tengan un espíritu fiel.
Quizás las experiencias malas que hemos tenido en el pasado, con aquellos que no han guardado el secreto que les habíamos contado, nos han hecho tomar la decisión de no contarle nada a nadie más.
Oremos al Señor para encontrar amigos de espíritu fiel y también nosotros decidamos ser iguales a ellos, pues en el mundo espiritual (muy diferente, por cierto, al mundo natural), los polos iguales se atraen.
Oracion: Estoy muy lastimado Señor, porque me han defraudado al contar mi secreto a otros. Decido en este momento perdonarlos. Ayúdame, a partir de hoy, a seleccionar mejor a mis amigos. ¡Gracias Señor! Por Jesucristo, Señor nuestro. Amén
Por: Ritchie Pugliese