Palabra para hoy “voluntad”, la cual se define como “la potestad, capacidad y libertad que tenemos los seres humanos para tomar decisiones”
En lo referente a la vida, hacer lo correcto no siempre es fácil, algunas personas tienen la tendencia a hacer lo contrario de lo que deberían, en otras palabras, hacer el bien es un acto de la voluntad más que del deseo.
Esto aplica para todo, por ejemplo, quien quiere hacer deporte debe entrenar, para entrenar debe obligarse a cambiar la rutina. Quien desea cambiar la dieta requiere esforzarse en dejar a un lado la comida que no le conviene.
Igualmente, en la vida espiritual, cumplir con la voluntad de Dios no es fácil, es un acto de fe acompañado de la voluntad, la buena noticia es que tenemos el ejemplo de Jesús quien en todas las cosas relacionadas con la voluntad del Padre dijo “sí” y lo cumplió.
Y aunque muchos pueden pensar que para Jesús fue fácil dar su vida, o que no luchó para cumplir con este propósito; la realidad es que Él mismo declaró que “su alma estaba profundamente angustiada” (Juan 12:27), pero también sabía eso era lo correcto y eligió lo correcto por encima de su deseo.
Al igual nosotros para crecer en la vida espiritual debemos decir que decir “Sí” a las cosas de Dios. Eso significa poner nuestro egoísmo y los deseos personales a un lado en la medida que seguimos el camino por el que Dios nos está guiando. Esto requiere “caminar la milla extra”, “esforzarnos más”, es dejar la comodidad y buscar la voluntad de Dios. La gran noticia es esta: “El resultado es maravilloso: Una vida transformada para siempre”.
Oración: “Señor, de la misma manera que nuestro Señor Jesús tuvo angustias hoy reconozco que también yo las tengo; pero de lo misma manera que El elegio hacer lo correcto, hoy decido hacer yo también lo correcto, te entrego mi voluntad para hacer la tuya. Le digo “si” a tus planes, propósitos y a tu guía, lo declaro en el nombre de Jesús, Amén”.
Versículo: “Ahora mi alma está turbada. ¿Y acaso diré: “Padre, sálvame de esta hora”? ¡Si para esto he venido!. Padre, ¡glorifica tu nombre!. En ese momento vino una voz del cielo: «Lo he glorificado, y volveré a glorificarlo.»” Juan 12:27 (RVC)
Buen Dia
Juan C Quintero
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