Cristo pago por mi
Piensas… que tú escaparás del juicio de Dios? – Romanos 2:3.
Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir… con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. – 1 Pedro 1:18-19.
Aquel día el tren estaba casi vacío. Sólo quedábamos dos personas en el compartimiento. Mi compañero era un poco mayor. Estaba bien peinado, muy bien vestido y tenía la piel morena. Como yo, él leía, pero su libro estaba escrito en árabe.
Cuando cerré mi libro, él me preguntó cortésmente: –Joven, ¿qué está leyendo? –Leo la Biblia, porque soy creyente: –Yo también soy creyente, pero musulmán, dijo mi compañero de viaje.
Entonces me preguntó por los diferentes aspectos de la fe cristiana. También habló del juicio. Como yo, él pensaba que en su perfecta justicia, Dios sancionaría la vida de cada ser humano. Entonces le pregunté: –¿Qué dirá usted cuando comparezca ante el trono de Dios? Mirando hacia el suelo, me contestó muy seriamente: –Suplico a Dios cada día que me conceda misericordia. Luego levantó la cabeza y agregó: ¡Casi a cada instante le suplico para que tenga misericordia de mí! Y usted, ¿qué dirá? –Yo, le respondí suavemente con una profunda felicidad, estoy sin temor porque tengo una solución. En ese día diré que reconozco haber obrado mal, pero que Jesucristo pagó por mí en la cruz.
La conversación se detuvo allí, pero cuando nos separamos, aún pude agregar: –Si usted teme el juicio, piense en la solución del Evangelio, ¡piense en Jesucristo!