Vivimos en un mundo que puede describirse cada vez más como desentendido de los compromisos que asumen. Lo vemos en las tasas de divorcio, en el incremento en los abortos; en las tasas de abandono de los estudios, en la rebeldía, en la falta de fe, etc.
Esta característica de estos tiempos también se refleja en la iglesia. Vemos como las personas muestran una falta de compromiso de muchas maneras; inasistencia a los servicios, responsabilidades desatendidas, falta de excelencia en lo que se hace, etc.
Para actuar en contra de este mal, te presento tres aspectos claves el verdadero compromiso del cristiano.
Primero, el compromiso debe ser total. En la Biblia se relata el momento en el que Jesús respondió a la pregunta del fariseo sobre cuál era el mayor mandamiento, a lo que el Señor dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37)
Esto significa que lo que Dios quiere es tu todo; tu lealtad completa. Que cada parte de nuestro ser este comprometida con Dios. Aquí comienza el verdadero compromiso. Es decir que el verdadero compromiso requiere una actitud de completa entrega.
Segundo, el verdadero compromiso es concreto. A veces se mantiene el compromiso con el Señor en la teoría. Se dice que se está entregado a Jesús, pero no hay obediencia a Su Palabra.
Jesús nos enseña que los verdaderos discípulos son los que cree y obedecen “Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.”. (Juan 8:31-32)
Si vamos a estar verdaderamente comprometidos, debe haber obediencia.
Es decir, que si lo decimos lo cumplimos. No es perfección, pero si actuar con un corazón que realmente desea honrar a Dios.
Porque el compromiso al Señor, en última instancia, es de aquellos que buscan “hacer la voluntad del Padre” en todas las cosas.
Tercero, el verdadero compromiso debe ser consistente. El compromiso va de la mano con la persistencia. Las personas comprometidas cumplen la tarea hasta el final. No es un día sí y otro no; es todos los días asumiendo el reto de que “si Dios lo pide, yo lo hago”, es decir, vivir constantemente la vida cristiana hasta el último de nuestros días en la tierra.
Como cuerpo de Cristo necesitamos estar comprometidos con el Señor, vivir para Él, amarlo con el corazón, el alma y la mente; disfrutando de la responsabilidad y del privilegio de servirle al Dios creador de todo lo que existe.
Termino con esta reflexión “¡Si Jesús dio hasta su vida por nosotros mostrándonos un compromiso total con el Padre y con nuestra salvación, ¿Cuál es mi respuesta a tanto amor?; La respuesta debe ser “compromiso total con quien me amo primero!”
Oremos “Amado Señor, hoy reconozco ante ti que he descuidado mi compromiso contigo. Señor quiero, no solo de palabra, sino de hecho cumplir con Tu Palabra, ser verdaderamente discípulo tuyo, dame sabiduría y fortaleza para cumplirlo, lo pido en el precioso nombre de Jesús, Amen”
Versículo “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”. Mateo 22:37 (RVR1960)
Buen Dia
Juan C Quintero
BuenDiaTodosLosDias.com