¿Te has preguntado alguna vez si tu forma de hablar es la correcta?; si nunca lo has hecho te hago la pregunta ¿Cómo es tu forma de hablar?.
En nuestra cultura hispana o latina se ha vuelto costumbre hablar mal, es decir, usando palabras que para nada edifican, sino que por el contrario destruyen y crean en la mente la sensación de derrota, pesimismo y fatalidad. Quizás ya lo has oído, pero la Biblia nos dice en Proverbios 18:21 que “la vida y la muerte están en el poder de la lengua”.
Eso significa que no es bueno ir por ahí declarando bendición en un momento y pesimismo al momento siguiente. Las malas palabras equivalen a un lenguaje equivocado que destruye, que producen, aunque usted no lo perciba una mentalidad negativa porque afectan poco a poco nuestro sistema de creencias; por el contrario, las palabras que declaran las bendiciones que están incluidas en la Palabra de Dios le dirigen su mente a creer en Dios y en el cumplimiento de todas sus promesas.
El apóstol Pablo le envió este mensaje al pueblo de Éfeso en la carta los Efesios capitulo 4, verso 29 que dice ““No digan malas palabras. Al contrario, digan siempre cosas buenas, que ayuden a los demás a crecer espiritualmente, pues eso es muy necesario”. (TLA).
Dice que es muy necesario, y debes creerlo, porque, por eso por lo que, cuando usted declara las bendiciones y las promesas de Dios sobre su vida y sobre la vida de los demás, se abre la puerta para que el Señor actúe, las palabras se transforman elementos que se establecen y se internalizan en nuestro ser interior.
Tenga en cuenta que al usar malas palabras usted no va a llegar a ninguna parte y le dará un mal ejemplo a los demás. Cambie su manera de hablar, empiece hoy mismo. Use solo palabras de fe y de afirmación, se bendecirá usted y edificará a los demás.
Oremos: “Señor, hoy decido revisar y cambiar mi manera de hablar, elimino de mi vida las malas palabras y escojo usar aquellas que te glorifican, que afirman mi fe en ti, las que declaran bendición sobre las personas que me rodean para su edificación, te pido que tu Espíritu Santo me fortalezca y ayude a cuidar mi corazón y mi boca, lo pido en el Nombre de Jesús. Amén”.
Versículo: “No digan malas palabras. Al contrario, digan siempre cosas buenas, que ayuden a los demás a crecer espiritualmente, pues eso es muy necesario”. Efesios 4:29 (TLA).
Buen Dia
Juan C Quintero
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