Recuerdo que en mi infancia con frecuencia mis padres me advertían sobre cosas que no debería hacer porque me podían causar problemas o dificultades, una de ellas era la de no comer nada antes del almuerzo. Pero la tentación de la comida en varias oportunidades era más fuerte y comía, así que en el momento del almuerzo estaba sin hambre, a lo que ellos me decían, “Te lo dije, pero no quisiste escucharme”. Mis padres me advertían esto porque me amaban.
En la sabiduría amorosa e infinita de Dios, Él también nos llama la atención sobre el cómo transitar por la vida.
Así, que entonces, el primer paso para aplicar la sabiduría de Dios a nuestras vidas es revisar nuestros corazones, puesto que “hacer lo que es correcto requiere que nos deshagamos de todo lo que no está bien en lo profundo del corazón”.
En la Biblia, en el Libro de los Proverbios, capítulo 25, verso 12, dice así, “Para quien sabe apreciarla, una sabia reprensión vale tanto como una joya de oro muy fino”. (TLA)
Es entonces de sabios el saber escuchar y el poner en práctica lo que el Señor nos pide, y puedes comenzar teniendo un corazón saludable.
¿Cómo lo puedes hacer? , pues pídele a Jesús que ablande tu corazón, y que te libere de cualquier falta de perdón, incredulidad o amargura. Puesto que, con un corazón sano, podemos aplicar la sabiduría que Proverbios describe.
Es claro que se necesita actuar con humildad para sanar el interior que esta quebrantado y que requiere de que todos los días puedas ir ante el Señor para pedirle que te ayude a tener un día lleno de bondad y que tengas la disposición para servir a los demás, para que así todo lo bueno que Dios siembre en tu vida se haga realidad en tu vida cotidiana.
Te recuerdo que tanto tus palabras como tus actos serán un reflejo de lo que hay en tu corazón. Entonces, si quieres hacer lo correcto, necesitarás tener el corazón correcto.
Y en la medida en que obedeces a la sabiduría de Dios, comenzaras a ver el cambio en tu vida espiritual y en tu vida natural.
Oremos “Amado Señor, gracias por darnos advertencias y por mostrarnos el camino a la sanidad, confiamos en Tu poder y misericordia para que seamos libres de toda amargura y falta de perdón. Señor sana nuestro corazón, lo pedimos en el Nombre de Jesús, Amén”
Versículo, “Para quien sabe apreciarla, una sabia reprensión vale tanto como una joya de oro muy fino”. Proverbios 25:12 (TLA)
Buen dia
Juan C Quintero
Buendiatodoslosdias.com