Una buena pregunta que nos podemos hacer es ¿de dónde vienen nuestras capacidades y talentos?; la respuesta es clara y contundente, “nuestros talentos vienen de Dios, la habilidad para trabajar proviene de Dios; nuestras capacidades para estudiar y obtener un título y luego trabajar para ganar dinero provienen de Dios; nuestras capacidades para pintar, cantar, tocar un instrumento musical y bailar, todas provienen de Dios”. Hemos sido equipados por Dios con todo lo necesario para vivir plenamente y cumplir un propósito específico en esta tierra.
Dios nos llama y nos equipa para llevar a cabo su voluntad para nuestras vidas. Y dónde Él llama también equipa y otorga los recursos.
Como todo lo que no se usa tiende a atrofiarse, dañarse y/o olvidarse; entonces quiero que sepas que lo que Dios te ha dotado desde antes de que nacieras lo puedes desaprovechar total o parcialmente con tus decisiones.
Se debilita el poder para lograr propósitos si tienes una mala administración de un talento; tal y como le ocurrió a Sansón, por su desobediencia y por dejarse llevar por las tentaciones humanas.
Así como el músculo se encoge y se vuelve inútil cuando no se usa; también lo hacen las habilidades, talentos, dones y el conocimiento que nos da Dios.
Te pregunto; para tu reflexión y toma decisiones, ¿Cómo te va en el manejo de tus habilidades dadas por Dios?.
Quiero dejarte saber que el Señor espera que continúes creciendo y mejorando. Él quiere que te concentres en ser mejor en las cosas que haces a diario, pero especialmente en aquellas que están conectadas con el propósito.
Enfócate… y posiciona tu vida para hacer lo único en lo que te has convertido en experto por la Gracia de Dios.
Si es enseñar; entonces enfócate en la enseñanza; si es en el liderazgo; entonces concéntrate en liderar; si es en ser un cantante, enfócate en cantar; si es en ser una madre dedicada; entonces se una madre dedicada a tus hijos… sea lo que sea que Dios te ha otorgado… enfócate en ello, por tu bien y por el propósito poderoso que hay detrás de ello.
Aunque requiere disciplina y, en algunos casos sacrificio… confía en Dios; Él te llevara de Su mano paso a paso hasta llegar al lugar, posición y cumplimiento para lo que te ha designado.
Versículo “Por eso te recomiendo que avives la llama del don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos” 2 Timoteo 1:6 (NVI).
Buen Dia
Juan C Quintero