Es bonito y necesario reunirnos en familia, cenar y tener un tiempo para compartir en estas fiestas, pero pregunto: ¿está en el corazón de quienes celebran el verdadero significado la navidad?, para muchos esto describe lo que está ocurriendo, habiente de fiesta, con mucho ruido, decoraciones con un Santa Claus y regalos puestos en un árbol decorado con luces y gente reunida; pero nada de esto es evidencia de Jesús nacido en la vida de los que celebran.
Hoy día se ha olvidado el verdadero mensaje de la Navidad; para muchos es solo una fiesta “religiosa” que por tradición han celebrado pero que está muy alejada de la realidad de la celebración del nacimiento del redentor, del mesías prometido, aquel que vino para traer libertad, sanidad, restauración paz y amor al mundo.
Quisiera que recordáramos el anuncio del ángel, quien fue enviado directamente del cielo para dar la grandiosa noticia del nacimiento de Jesús a unos pastores que estaban cerca, diciéndoles: “…Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.” (Lucas 2: 10-11 NVI). Esta escena es impactante, un ángel del cielo hablando con los pastores para darles la noticia mas importante de toda la humanidad, pero aún más poderoso es el siguiente versículo cuando se describe que ellos se les une un ejército de ángeles a declarar y alabar diciendo “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad” (vs 14)
Noticia ésta que debería ponernos a cantar para unirnos a los ángeles en esa celebración de júbilo.
Si Dios el padre envió ángeles desde el cielo a proclamar la llegada del salvador, con mayor razón nosotros seremos quienes seamos mensajeros de la navidad. Jesús es el único que nos puede salvar, es necesario que en la vida del creyente esto esté totalmente claro y que podamos al mismo tiempo ser portadores de esta revelación en nuestros corazones y compartirla así con todo aquel que no le conoce.
En estos días de celebración, con su familia y amigos reunidos, aproveche la oportunidad y haga un “alto” en las actividades para orar, dar gracias y alabar al Señor, declarando, “Gloria a Dios en las alturas, porque Jesús ha nacido y que haya en la tierra paz con todos nosotros sus hijos” ¿Te comprometes?
¡Que Jesús sea el centro de su celebración!
Con amor
Juan C Quintero