Si nuestras decisiones fueran las correctas nunca nos equivocaríamos; pero no es así, con frecuencia tomamos malas decisiones
Te pregunto ¿Cuándo fue la última vez que tomaste una decisión incorrecta?; ¿una de esas de las que te has arrepentido?
Si es tu caso tienes dos alternativas, o te estancas en el problema causado, o reflexionas y actúas para corregir el error y avanzar.
Ten cuidado, porque estos son los momentos en los que el “devorador”, el enemigo de nuestra vida aprovecha para tratar de sacar ventaja, quitarte la fe, alejarte de las personas de Dios y mantenerte con la atadura de la condenación.
Pero la escritura tiene una promesa grande. El Señor dijo, en el Libro del profeta Zacarias, capítulo 1 verso 3: “Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes —afirma el Señor Todopoderoso” (NVI)
Este es un tremendo y poderoso intercambio, si nos arrepentimos de las malas decisiones y colocamos al Señor en ese primer lugar, Él dice que sus promesas y Su restauración estará con nosotros, y si Dios lo dice Él lo va a cumplir… hay que tenerlo por seguro.
¡Dios nunca ha mentido, ni mentirá!.
Quiero ser totalmente honesto, como ser humano yo he tomado, en algunos momentos malas decisiones, las cuales me han traído consecuencias en la vida que me han llevado a pedirle a Dios su intervención, porque humanamente no sabía cómo solucionarlas, y he visto su mano, he visto como el Señor ha obrado en mi beneficio.
Desconozco tu vida y lo que haya pasado o lo que esté pasando, pero de lo que si estoy seguro es que los momentos difíciles llegaran, y estos serán a veces por las decisiones malas que hayas tomado.
¿Qué hacer?; volver arrepentidos ante el altar del Señor. Con arrepentimiento genuino.
No te quedes en el dolor de lo que no puedes retroceder, más bien, acércate a Dios, busca de su guía, protección y ayuda.
Acércate al Señor porque, como lo dijo David en el Salmo 46, verso 1 “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia” Salmo 46:1 (NVI)
Oremos “Señor, reconozco hoy ante ti que he tomado decisiones equivocadas de las que me arrepiento sinceramente, pido perdón por cualquier daño causado por mis actos. Me acerco a ti, sabiendo que Tu me restaurarás, me ayudarás y me devolverás las fuerzas, lo creo y declaro en el precioso nombre de Jesús, Amén”
Versículo “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia” Salmo 46:1 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero
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