La vida natural se rige por leyes o principios que la gobiernan, un ejemplo es la ley de la gravedad, con la cual todos permanecemos unidos al planeta tierra.
Así mismo también existen leyes o principios espirituales, uno de ellos es el de “la siembra y la cosecha”; es un principio poderoso que comienza con una semilla, una que es sembrada y que tiene el poder de crecer, reproducirse y producir una cosecha abundante.
Los cristianos debemos entender que “todo lo que Dios hace comienza con una semilla”. Él ha sembrado en cada uno de nosotros semillas en forma de fe, de talentos, de dones y muchas más. Pero nos ha dado el principio para que lo apliquemos también en nuestro entorno, es decir, debemos también sembrar semillas en los demás.
Si siembras muchas semillas de amor, vas a recoger cosecha abundante de amor.
Si siembras muchas semillas de paciencia, vas a recoger cosecha abundante de paciencia.
Si siembras muchas semillas financieras en el reino de Dios, vas a recoger cosecha abundante de multiplicación financiera.
Porque cuando decides sembrar Dios se asegurará de que tengas mucho para dar.
Pero las bendiciones de Dios van mucho más allá, puesto que Él quiere que tengas relaciones estables y adecuadas, que goces de buena salud y que cumplas con tu asignación con éxito en la tierra.
Te invito para que des un paso de fe y comiences a sembrar toda clase de semillas, hazlo en fe y también en amor. Da de lo que tienes, se obediente a la Palabra de Dios y verás recompensa de cosecha abundante.
¿No sabes que sembrar?, te pregunto ¿Qué tienes disponible?; lo mínimo es sembrar una sonrisa, o una palabra de ánimo, siembra esperanza; ofrécele ayuda a alguien que tenga necesidad ser escuchado, hazlo con fe y con gozo y Dios te compensara. Siembra semillas en forma de Diezmos y ofrendas y Dios las multiplicará.
Confía en que todo lo que ofrezcas para Dios El hará que se convierta en cosecha abundante
Oremos “Padre Celestial, gracias por darnos principios que nos bendicen. Creo en la siembra y la cosecha. Empezare hoy mismo a sembrar semillas de bendición, ayudare a alguien que lo necesite, seré fiel con las ofrendas en la Iglesia. Porque creo que Tu harás que todo esto sea de poderosa bendición para todos, lo creo y declaro en el precioso nombre de Jesús. Amén”.
Versículo “Isaac sembró en aquella región, y ese año cosechó al ciento por uno, porque el Señor lo había bendecido”. Génesis 26:12-15 (NVI)
Buen Día
Juan C Quintero
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