Una de las situaciones más difíciles de manejar en la vida es cuando se levantan críticas o chismes alrededor de suyo.
Personas inescrupulosas no miden el daño que pueden causar levantando falsos testimonios, se sientan en “silla de escarnecedores”.
Como es algo complejo cuando se recibe, le quiero dejar saber que Jesús también fue criticado, por lo tanto, usted y todos los que hemos sido juzgados injustamente en algún momento de nuestra existencia, estamos en buena compañía.
La reflexión de hoy es ¿Qué hacer cuando se levantan juicios, críticas y chismes?; sobre todo cuando el “dolor personal” inunda el corazón y se está tentado a ceder ante el resentimiento queriendo hacer una defensa… contraatacando. Si este ha sido el caso, veamos lo que dicen las Escrituras: “…Porque también Cristo sufrió por nosotros, con lo que nos dio un ejemplo para que sigamos sus pasos. Cristo no cometió ningún pecado, ni hubo engaño en su boca. Cuando lo maldecían, no respondía con maldición; cuando sufría, no amenazaba, sino que remitía su causa al que juzga con justicia” (1 Pedro 2:21-23 – RVC).
¡Qué gran mensaje!… No responder al mal con mal. Él fue juzgado siendo inocente, no habló mentiras, no respondió al insulto, ni maldijo, tampoco respondió al maltrato… lo que sí hizo fue dejar la justicia en las manos del único totalmente justo, en manos del Padre Celestial.
Imitarlo nos hace ser grandes, aunque no lo parezca.
Responder al mal con mal es igualarse al que hace el mal, nos pone en la misma posición. Debemos ser capaces de elevarnos por encima de toda crítica, juicio y chisme; sin que el ego y las emociones personales hagan doler el corazón para responder de igual forma.
Cuando lo hacemos estamos siendo humildes. Y la humildad muestra fortaleza de carácter.
No es más fuerte quien se defiende, es más fuerte quien sabe controlar las emociones negativas. Responder al ataque no es muestra de carácter fuerte sino de debilidad humana.
Oremos por aquellas personas que no controlan sus emociones negativas cuando algo injusto les ocurre. Para tengan la fe fuerte de dejar en las manos de Dios la justicia. Para que seamos humildes para responder, pero fuertes de carácter.
Versículo: “Cuando lo maldecían, no respondía con maldición; cuando sufría, no amenazaba, sino que remitía su causa al que juzga con justicia” 1 Pedro 2:23 (RVC)
Buen Dia
Juan C Quintero
www.buendiatodoslosdias.com
Buen Dia – ¿Qué hacer ante la crítica?
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