Sabemos que la fe es esencial en nuestra vida cristiana; la Biblia nos enseña en Hebreos 11:6 que “sin fe es imposible agradar a Dios”. Pero la fe no es algo inactivo, que solo se piensa o que se tiene en la mente, por el contrario, la fe está conectada con las acciones. A esto lo quiero llamar “creer activamente”.
Si solo pensáramos que tenemos fe y nos quedamos quietos entonces estaríamos demostrando que no hay “certeza de lo que se espera”; porque, quien tiene fe activa, vive en la expectativa diaria de la respuesta de Dios.
En el evangelio de Lucas capítulo 11 se relata un momento en el que Jesús estuvo con sus discípulos y ellos le pidieron “Señor, enséñanos a orar”; entonces el Señor les presentó la oración modelo, la que concluyó con las siguientes palabras en el versículo 9 “Así que pidan, y se les dará. Busquen, y encontrarán. Llamen, y se les abrirá” (RVC).
En otras palabras, a mi entender, Jesús dijo “tengan una fe activa, crean activamente”; porque no les dijo “oren y esperen sentados”; sino que les hizo énfasis en que después de orar, hay que ir y buscar, hay que esforzarse en encontrar; y que es necesario tocar para que se abran puertas.
Escucha esto con atención, “desde hoy, ora y no te quedes esperando; levántate y busca lo que pediste; lo encontrarás si lo buscas. Es posible que lo que pides este detrás de algunas puertas que hasta hoy han estado cerradas; por lo tanto, toca”.
Creer activamente es saber que no existen puertas o barreras que puedan bloquearte de alcanzar lo que Dios ha determinado. Pero debes ser persistente, es decir, debes seguir tocando, debes insistir porque el enemigo va a tratar de impedir que llegues al lugar de la bendición o que la puerta correcta se abra; pero tu fe activa es más poderosa que cualquier plan del maligno que te quiera impedir alcanzar la meta.
Mantente fiel, se obediente a la Palabra de Dios, sigue orando y actuando en línea con lo que crees; al final –si esa es la voluntad perfecta de Dios para ti; la puerta se abrirá, y lo que buscas lo encontrarás.
Oremos “Amado Padre celestial, gracias por Tu Palabra, gracias Señor Jesús por enseñarnos a orar, gracias porque nos muestras el poder de la fe, que si tenemos una fe activa alcanzaremos la victoria, por lo tanto, oraré, buscaré y tocaré con la certeza de que me abrirás las puertas correctas, lo creo y declaro en el precioso nombre de Jesús, Amén”.
Buen Día
Juan C Quintero
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