Este es tiempo es de individualismos… se propone con frecuencia, como una fórmula para el éxito, estimular el crecimiento individual y personal, incluso se motiva la competencia entre las personas para sobresalir.
Pero Dios nos enseña otra cosa… que el éxito real solo se logra en el trabajo en equipo. Creo que el Señor nos creó para ser personas interdependientes.
Es claro que, para poder cambiar hábitos incorrectos, para crecer en la vida espiritual necesitamos de una persona cercana, un amigo o el cónyuge que nos estimule; igualmente necesitamos de un grupo al que nos podamos acercar y tenerlos como nuestros verdaderos amigos.
Muchas veces no vas a querer la compañía o el apoyo de alguien más, es posible incluso que te sientas molesto e incómodo con esa otra persona, pero esa relación o conexión que quizás estás tratando de cortar es lo que realmente necesitas para poder avanzar puesto que nuestro carácter se forma en el contacto con los demás, en la interrelación con todas las personas, incluso con aquellas que no nos caen bien.
Creo que el Señor nos conecta para crecer juntos, porque entre dos podremos ganar más, además, como no estamos libres de caer, tenemos al otro para que nos levante, y nos apoye, al igual que si el otro cae nosotros lo podremos ayudar a levantar. Así diremos con seguridad “más valen dos que uno”.
Busca una persona a quien puedas servir incondicionalmente y que esté contigo de la misma manera, una persona de fe que te anime y a quien puedas animar para que juntos puedan crecer en la vida espiritual.
Oremos: “Señor, vengo ante ti para darte gracias por tu bondad y amor, quiero hoy colocar en oración a mis amigos y familia, a todos aquellos con quienes interactúo a diario, te pido que me ayudes a edificarlos y que ellos puedan también edificarme a mí, lo pido y declaro en el nombre de Jesús, Amen”
Versículo: “La verdad, «más valen dos que uno», porque sacan más provecho de lo que hacen. Además, si uno de ellos se tropieza, el otro puede levantarlo. Pero ¡pobre del que cae y no tiene quien lo ayude a levantarse!” Eclesiastés 4:9-10 (TLA)
Buen Dia
Juan C Quintero
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