He estado meditando sobre la forma en que Dios opera en la vida de las personas, y he encontrado que hay tiempos en los que el Señor nos da un impulso.
La física denomina como “Momentum”, a “un objeto moviéndose hacia adelante a una velocidad debido a la fuerza o el impulso que recibe”.
En los talleres de liderazgo se usa este concepto para definir un instante en el que las condiciones cambian y la persona es impulsada a obtener nuevos logros.
Pero, ¿existe tal cosa como “impulso espiritual”?, la respuesta es… Sí
Creo que los cristianos pueden experimentar impulso espiritual cuando su fe crece y se mantiene en crecimiento. Le ocurrió a David desde antes de ser rey al vencer a Goliat; a Moisés cuando es llamado por Dios en la zarza ardiente; lo vivió Daniel cuando su fe fue retada y puesto preso en una cueva con leones; le ocurrió a Noé cuando Dios le pidió que construyera un arca; le paso a los discípulos de Jesús cuando tuvieron el avivamiento en el Espíritu Santo el día de Pentecostés y así la Biblia está llena de ejemplos al respecto.
Cuando un impulso de Dios ocurre, la fe se afirma y crece, mueve al cristiano y a la Iglesia a nuevas alturas en pos de la visión y el propósito que el Señor tiene para ellos.
El apóstol Pablo describe el impulso espiritual en Filipenses 3:14, “sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús”. (NVI)
Es así entonces como el impulso espiritual es creado por Dios por medio de Su Palabra, cuando ésta entra en la mente y el corazón del creyente, quien a su vez se apropia de ella, de cada verso y de cada palabra.
Pero se activa también al recibir, con apertura de corazón, la predicación de la palabra de Dios en la Iglesia, cuando la presencia y la revelación del Espíritu Santo da convicción y actúa en el creyente colocando una fuerte certeza y confianza en el poder de Dios.
Así pues, el resultado de un impulso espiritual es, crecimiento espiritual, compromiso con Dios, activación del propósito en cada corazón y un deseo de buscar de Dios como quien tiene sed en medio de un desierto.
La oración de hoy es para que en ti se desate un impulso espiritual que te lleve a vivir una vida de fe como nunca antes la hayas experimentado. ¿lo desearías?
Oremos: “Señor, tu Palabra es viva y eficaz, Tu Palabra me edifica y me impulsa. Pongo mi vida en tus manos para que me ayudes a experimentar un crecimiento y multiplicación de la fe y de mi servicio a ti y a tu iglesia. Lo creo y declaro en el nombre de Jesús, Amen”
Versículo: “sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús”. Filipenses 3:14 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero
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