Todos tenemos algún hobbie, es decir, algo que nos gusta hacer, lo que, sin presión, sin dificultad y con mucho gusto haríamos, porque lo disfrutamos y porque es algo con lo que nos sentimos cómodos. En mi caso yo disfruto la fotografía, es algo que quisiera hacer más frecuentemente. Y ¿tú tienes algo que disfrutas hacer?; tal vez, tocar un instrumento musical, o dibujar, o cocinar… algo que disfrutas mucho haciendo, puede ser escribir o leer, o escuchar música…
Estoy seguro de que, cómo éstas son cosas que te gustan, estás dispuesto(a) a hacerlas en cualquier momento, sin mucho esfuerzo, sin que nadie te tenga que presionar o suplicarte; es más, sacarías el tiempo para hacerlo, aunque esto significara mover de tu agenda otros compromisos.
Lo que quiero decir es que tú sabes cómo se siente y cuál es la disposición que se tiene cuando hay pasión… bueno, pues es exactamente así mismo como Dios quiere que estemos con Él.
Nuestro Padre Celestial desea que estemos dispuestos a hacer, a ir y decir cualquier cosa por Él.
Esto significa que tengamos la disposición para pasar un tiempo con Él, para estudiar Su palabra y para sentarnos en Su presencia. Claro está que Él nunca te va a obligar a hacerlo, sino que esto es algo que debemos decidir por nuestra voluntad.
Este día tienes la gran oportunidad para aceptar la invitación, porque Él siempre está ahí para ti; que no haya dudas… puesto que el Señor está disponible y dispuesto a escucharnos, a protegernos, amarnos, proveernos, guiarnos y mucho, mucho más. Tanto así que estuvo dispuesto a morir por nosotros.
Tú debes también estar dispuesto y disponible para Dios, esta acción te prepara para mayores alcances espirituales y te aumenta la fe.
Que entre las cosas que decides disfrutar este “agradar a Dios” y estar disponible para El; tal como lo podemos ver en Isaías 6:8, en el que el Señor le pregunta al profeta “¿a quién enviaré?”… y le responde “Aquí estoy… ¡envíame a mí!”.
Oremos “Señor gracias por tu inmenso amor por mí, deseo estar disponible para tus propósitos, me dispongo como el profeta a responderte “envíame a mí”, quiero agradarte y obedecerte con todo mi corazón, lo declaro en el nombre de Jesús, Amen”
Versículo “Entonces oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?, Y respondí: ―Aquí estoy. ¡Envíame a mí!” Isaías 6:8 (NVI)
Buen Día
Juan C Quintero
www.buendiatodoslosdias.com