A veces queremos que los deseos se hagan realidad de manera inmediata.
Quizás esta necesidad de aceleración en la respuesta a lo que se desea o lo que se pide es la que lleva a muchas personas a actuar incorrectamente, a entrar en negocios no lícitos sin meditar sobre las posibles consecuencias, a tomar medicinas auto-recetadas, a visitar lugares inadecuados, a endeudarse más allá de sus capacidades… etc.
Hay personas que se me han acercado a contarme que le han pedido a Dios que les haga un milagro ese mismo día… pero la realidad es otra… el milagro llega cuando Dios quiere…
He aprendido que Dios no opera acorde con nuestra percepción o concepción del tiempo.
Pero si te puedo asegurar que Él sabe cuál es el momento oportuno, el correcto y el adecuado para concederte un milagro; así también te puedo, por testimonio personal, decirte que, tu situación puede cambiar radicalmente de un momento para el otro.
Algo que el Señor hace con nosotros sus hijos es transformarnos.
Puede ser que hoy no tengas trabajo y que estés pasando por un momento de dificultad, pero Él puede cambiar esa situación y darte un trabajo que te sorprenderá; puede ser que hoy estés atravesando por un momento de dificultad por un quebranto de salud, pero Jesús es el sanador por excelencia, es El quien puede hacer el milagro de sanarte.
Nuestro padre celestial es el creador del tiempo y por lo tanto Él sabe cuál es el mejor momento para un milagro… pero tu trabajo es creer.
Cuando las dudas lleguen a tu mente, cuando te sientas desanimado(a) y sin fuerzas, repítete a ti mismo(a)… “mi trabajo es creer”
¡Tenga fe porque tus tiempos están en Sus manos, no te aceleres, ni pierdas la cabeza actuando incorrectamente… porque Él puede cambiar tu situación de un día para el otro!
Oro para que puedas confiar en los tiempos de Dios y que mantengas intacta tu fe.
Versículo: “Con paciencia esperé que el Señor me ayudara, y él se fijó en mí y oyó mi clamor”. Salmos 40:1 (NTV)
Buen Dia
Juan C Quintero