Hemos sido creados con la facultad de alcanzar metas, independientemente de nuestra condición personal, del lugar de nacimiento o del conocimiento que tengamos.
Esto lo podemos ver en los múltiples testimonios de hombres y mujeres en todo el mundo que han logrado superar las dificultades y las limitaciones para llegar a las metas propuestas en sus vidas.
Más cuando no hay un propósito mayor que el de alcanzar las metas personales, financieras, de poder o políticas entonces estos logros simplemente quedan como metas naturales que con el tiempo se olvidaran.
Pero los logros de aquellos quienes alcanzan los propósitos de Dios para sus vidas se vuelven trascendentes, porque las metas personales dejan de ser la prioridad y las de Dios serán sus metas. Así, el logro de lo que el Señor ha determinado será la mayor satisfacción que algún ser humano pueda alcanzar.
Por ejemplo, es altamente exitosa una madre que decide quedarse en casa para contribuir de manera directa en la formación de sus hijos, sembrando en ellos el amor y la fe en Jesús.
Es poderosamente exitoso un hombre que mantiene su palabra, que no se deja seducir por las malas costumbres, que es fiel a su esposa y que camina bajo la guía del Espíritu Santo.
También es exitoso el empresario que tiene un negocio en el que ha puesto al Señor como su principal socio, que es justo para pagarle a sus empleados y que contribuye financieramente al crecimiento y fortalecimiento de la fe en la comunidad.
Tal vez deberíamos reconsiderar el concepto de personas exitosas y redefinirlas acorde con la Palabra de Dios.
En la Biblia encontramos versículos que nos ayudan para este propósito, en Deuteronomio capítulo 8, versos 17 y 18 dice “No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos”. Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza…” (NVI) El verdadero éxito en los negocios viene de la mano de Dios.
Proverbios 16:3 “Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán”. (NVI) Nuestro Dios es el dueño de todo y por lo tanto Él tiene el poder para hacer que todos los proyectos se cumplan. ¿Cuáles obras?; todas dice la Palabra, tu familia, tus relaciones, tu ministerio, tu trabajo, tu empresa, tus deseos… todo, absolutamente todo en las manos de Dios se cumplirá con éxito.
No te compares con nadie, solo deja que el Señor te guie y así tendrás éxito a la manera de Dios.
Oremos “Amado Padre Celestial, venimos ante tu altar para darte gracias por tu amor, gracia y favor, desde hoy queremos ser exitosos a Tu manera, todas lo que somos, tenemos y hacemos lo ponemos en tus manos. Nuestra vida, la familia, el empleo, los negocios, el ministerio y todo lo que hagamos, porque reconocemos que tu nos darás el poder y la sabiduría para tener éxito en la vida, lo pedimos en el Nombre de Jesús, Amén”
Versículo “Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán”. Proverbios 16:3 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero
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