En la vida existen situaciones que no entendemos, pero que para Dios esa situación tiene propósito. A esto lo quiero llamar “los espacios blancos en la vida”
¿Qué es esto, a qué me estoy refiriendo?; es muy probable que a veces hayas realizado un estudio en el que el material del alumno tiene espacios en blanco que hay que llenar; pero por la premura del estudio, la velocidad del maestro no alcanzas a llenar y se quedan en blanco, es como si algo faltara.
Bueno, ¡créalo!; en la vida a veces se nos presentan espacios en blanco, que no logramos llenar porque no los alcanzamos a comprender o porque hemos perdido la atención.
En este recorrido al que llamamos vida, vamos a encontrar momentos, situaciones, cambios impactantes, que serán como “espacios en blanco” que no podemos llenar o responder porque no los comprendemos. Y que producen preguntas que no tienen respuestas aparentes.
Creo que, sin espacios en blanco, no tendríamos oportunidades para que Dios actúe y se glorifique en nosotros. Si todo fuera previsible y se mantuviera en una rutina permanente, no necesitaríamos de Dios.
Pero estos espacios en los que no hay respuesta natural, son los que Jesús usa para entrar en nuestro camino, y que de esta manera tengamos un encuentro con Él que nos transforme, en los que solo un milagro podría dar respuesta o solucionar el cambio repentino.
En Juan 14:6 dice que: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (RVR60)
Hoy es posible que estés experimentado un tiempo en el que “hay un espacio en blanco”, puesto que no entiendes por qué, si todo estaba bien hace unos días, ahora es un caos, y por más que te preguntas no encuentras la respuesta.
Pero ¿Y si le das la oportunidad a Dios para que te responda?; ¿Y si te acercas a Él de tal forma que este encuentro sea el inicio del milagro?
Permite que Jesús sea el camino cuando no hay camino; que Él sea la Verdad cuando no encuentras la verdad, que él sea la vida, para que tu vida sea la que Él ha diseñado para ti.
Oremos “Amado Padre, aunque esté pasando por situaciones que no tienen sentido para mí; hoy decido confiar en ti. Te doy gracias, Señor Jesús por ser el camino, la verdad y la vida que necesito. Como tú eres mi Redentor yo confío en ti en cada momento de mi vida. Lo creo y declaro en el nombre de Jesús, Amén”.
Versículo “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Juan 14: 6 (RVR60)
Buen Dia
Juan C Quintero
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