Tenemos la capacidad de recibir información, de procesarla y de reaccionar a ella. Pero sabemos que muchas de las cosas que son dichas, las personas las reciben y las aceptan como verdaderas. Se ha menguado la capacidad natural de evaluar y decidir qué hacer con aquello que se recibe.
Cada palabra que alguien pronuncia quiero compararla con semillas que son plantadas en la mente de quien la recibe, pero este receptor tiene la capacidad de determinar si “esa semilla” echa raíces y crece.
Si comienzas a recrear y mantener ese mensaje en la mente, entonces le estas dando “vida” a esa semilla, es decir, le estás dando la posibilidad de que se convierta en una realidad. Por eso es fundamental tener una vida de “evaluación y filtrado de los mensajes recibidos”, siendo disciplinados al revisar cada pensamiento que tenemos.
Hay palabras que son buenas semillas, esto es, cuando una persona entrega palabras de afirmación, con mensajes que bendicen y que buscan que el receptor crezca y sea mejor persona. Son esas semillas las que deben avivarse en tu mente. Por ejemplo, la Palabra de Dios, es alimento de vida para nuestra mente, la cual tiene el poder de hacerse realidad en aquellos que la reciben, la procesan y la aplican.
Por otro lado, hay muchas personas queriendo esparcir semillas podridas, llenas de rencor, de ira y negativismo; a estas hay que erradicarlas para que no cobren vida y termines por creerlas. Si alguien te dice cosas como “eres un tonto”, “no tienes talento”, “eres incapaz”, o le hablan en preguntas tales como “¿y qué se cree que es muy sabio?”, todos estos son mensajes destructivos que cuando cobran vida terminan por convertirse en realidades que acaban los potenciales, las motivaciones y la fe de quien las acepta como verdades.
Ten en cuenta esto, “nadie puede hacer que una semilla se arraigue en tu vida, solo pueden lanzarla, pero tú tienes la capacidad para decidir cuáles semillas dejarás que se siembren y cuáles desechar”.
Erradique de su mente toda germinación de negativismo y falsos mensajes, cámbielos por semillas de vida que vengan de la Palabra de Dios. Sea selectivo en sus amistades, aprenda a decir no y así empezar a unirse a personas que se puedan edificar mutualmente acorde con la Palabra de Dios. Al guardar nuestra mente, guardamos nuestro corazón que fuente de vida.
Oro para que así sea en tu vida.
Versículo: “Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida”. Proverbios 4:23 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero
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