Algo que hacemos por costumbre desde que éramos niños se convierte en algo que urgentemente necesitamos. ¿es ese hábito bueno o te edifica?, yo no lo sé, evalúate.
La Palabra de Dios utiliza tanto en el antiguo como en el nuevo testamento la palabra “buscar” para referirse a tener un encuentro con Dios.
En Deuteronomio 4:29 dice “Pero, si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás”. Este verso hace referencia a buscarlo antes que a algo más.
En Mateo 6:33, Jesús nos enseña que debemos “buscar primero el Reino de Dios”.
En ambos casos, la palabra “buscar” se refiere a un hábito que es vital para el ser humano; es decir, algo que no se puede dejar nunca.
Esta es la clave para tener una vida plena y en victoria. En los buenos tiempos, ese encuentro con Dios nos da ánimo y nos llena de deseos de alcanzar nuevas alturas.
En los tiempos difíciles, el encuentro con Dios nos fortalece, nos ayuda a cambiar nuestra perspectiva de las situaciones.
Por eso, sea cual sea tu situación actual, busca a Dios sin falta.
En este encuentro diario, vas a recibir revelación, sabiduría, podrás colocar tu agenda, en Sus manos, organizarás tus prioridades y serás más efectivo y eficaz en lo que tengas que hacer; tu corazón será como el del Señor, tus pasiones se aquietaran y tendrás la paz necesaria para enfrentar un nuevo día.
Que el hábito de buscar a Dios sea una prioridad para ti; invierte tiempo en tu salud espiritual; de la misma manera en la que alimentas tu cuerpo físico con la comida y lo haces todos los días, haz que tu encuentro con Dios sea más necesario que el mismo alimento físico diario.
Llena tu vida de la presencia de Dios, clama por llenura del Espíritu Santo. Busca al Señor con todo tu corazón, para que tu ser espiritual tenga el alimento diario necesario para crecer y actuar en línea con el plan de Dios para ti, de seguro podrás decir, “ahora si tengo una vida victoriosa”
Oremos “Amado Dios, coloca en mí el deseo profundo de buscarte diariamente; deseo y estoy dispuesto a colocarte en el primer lugar de mi vida. Se que sin ti estoy vacío, por eso, te pido que me llenes de tu gracia, favor y poder para ver más victorias en mi vida. Te declaro como el numero uno de mi vida, lo creo y declaro en el precioso nombre de Jesús, amén”.
Versículo “Pero, si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás”. Deuteronomio 4:29 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero