Sabemos que una puerta nos permite el paso de un lugar a otro. Es entrando por una puerta que tenemos la posibilidad de ingresar al interior de un lugar.
La Biblia nos presenta el tema de las puertas como lugares por los que debemos o no entrar, en el Salmo 100 David nos dice “Entren por sus puertas con acción de gracias…”, haciendo referencia a la entrada a la congregación. Allí nos ilustra esta idea de entrar y no quedarnos “a las puertas”, y podemos aplicarlo para expresar el momento en el que se está muy cerca de algo que se desea alcanzar.
Es posible permanecer a las puertas de un avivamiento, vislumbrando la magnitud y alcance de este acontecimiento y quizás, hasta gustando por momentos, de destellos de la Gloria de Dios. Sin embargo, lo que Dios nos motiva es a que entremos a ese lugar de plenitud y constante avivamiento.
Entrar en el mover de Dios nos lleva a nuevos niveles de fe, de crecimiento, de poder, de milagros y de gloria, todos ellos ocurren dentro de la casa del Padre.
Por lo tanto, tenemos la oportunidad en estos días de clamar para poder entrar a ese lugar de manifestación de la presencia de Dios, en fe con acción de gracias.
Además con gratitud, porque esta es una de las llaves que abre las puertas a un mayor nivel de gloria. La acción de gracias denota el reconocimiento de la obra de Dios en nuestras vidas y el contentamiento por todo lo que Él ha hecho, todo lo que nos ha dado y todo lo que vendrá. Con agradecimiento entramos por esas puertas, sabiendo que hay más de Dios para nuestras vidas, para nuestra familia, ciudad y Nación.
No te quedes a las puertas esperando recibir alguna migaja de los que sí entran al lugar de plenitud. Entra a ese lugar y experimenta un mayor nivel de poder, de milagros y de Gloria.
Versículo: “Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre.” Salmo 100:4 (RVR60)
Buen Dia
Juan C Quintero
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