¿Cuántas veces ha querido ir a un lugar y no llega, o se retrasa porque se “entretuvo” en algo que nada tenía que ver con el destino?. Eso ocurre a veces, quizás no todas las semanas, pero estoy seguro de que si le ha pasado. ¿Cuántas veces ha querido leer un libro y no lo ha terminado?, o ¿Empezado un proyecto que lo deja inconcluso?, o ¿Un estudio que lo ha dejado a medio empezar?
Al leer el Salmo 143 verso 10, observamos como David ora pidiendo dos cosas: Aprender a hacer la voluntad de Dios y busca recibir guía del Espíritu Santo para avanzar con pasos firmes. Ambos temas van unidos, pues al hacer la voluntad se avanza con la certeza de que va con pasos firmes.
La diferencia radica en que muchas veces se conoce la voluntad de Dios, pero no se camina en ese sentido, no se avanza hacia el frente; es por eso que pedirle al Espíritu Santo que le mantenga en el camino es una petición sabia y que debe hacerse todos los días.
Quizás -y espero que así sea, usted es de las personas constantes, que se mantienen firmes, que concluyen lo que comienzan y que no se distraen en el camino. Pero para los que han respondido afirmativamente a alguno de los planteamientos del inicio, les invito a que le pidan al Señor guía para permanecer en Su voluntad y que el Espíritu Santo les lleve hacia adelante con constancia y permanencia.
Guía de Dios y Constancia son ingredientes fundamentales en el avance en todas las áreas de tu vida, empezando por el crecimiento espiritual.
Oremos: “Señor, reconozco que a veces me alejo, me desvío o me distraigo de tu voluntad, hoy te pido me ayudes a permanecer en tu ella y que tu Santo Espíritu me guie en el camino correcto que debo seguir todos los días, lo pido y declaro en el nombre de Jesús, Amen”
Versículo: “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me lleve hacia adelante con pasos firmes”. Salmos 143:10 (NTV)
Buen Dia
Juan C Quintero
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