La adoración es una expresión voluntaria de nuestra fe al Señor. Una forma de adoración es la obediencia a la Palabra de Dios, y la complementamos con cantos de júbilo y música que nos ayuda a acercarnos al Señor.
Al adorar se produce un encuentro espiritual maravilloso con el Señor, el cual produce en nosotros el deseo de buscarlo más, es decir, de reencontrarnos con Él nuevamente.
La adoración a Dios estimula nuestro crecimiento espiritual, fortalece nuestra relación y nos mueve a la obediencia.
Cuando adoramos Dios nos confirma el llamado, y nos estimula y activa la motivación para servir al Señor con todo nuestro corazón.
Atesore en su interior las verdades eternas de la Palabra de Dios, aplíquelas, y verá que su vida cambia, se sentirá más cerca del Señor y anhelará de su presencia; la cual produce en nosotros el deseo de tener momentos de devoción intensa y de intimidad con Él a solas, de ir al lugar de oración para escuchar al Señor y tener una conversación íntima con Él.
Le invito a acercarse a Dios en adoración, es decir, en obediencia e intimidad, como resultado… el Espíritu Santo transformara tu ser.
Mi oración es que este mensaje le ayude a reflexionar y conectarse en adoración al Señor por su amor y bondad.
Versículo: “Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre, y todo el día proclama tu grandeza”. Salmos 71:8 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero
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