Hacer un alto para meditar sobre la vida, las acciones, los planes y la situación personal del momento es necesario. Pero, en estos tiempos parece increíblemente difícil hacer algo que es tan aparentemente simple.
Entre la ocupación familiar, los compromisos laborales, las responsabilidades ministeriales y el tiempo de recreación se pasa la vida estando ¡altamente ocupados!… sin embargo, en medio del “corre… corre”, Dios te invita, a disminuir la velocidad; a desacelerar y buscar tiempo para estar con Él.
Nuestro Señor Jesús estuvo constantemente moviéndose de un lugar a otro, siendo maestro, sanando, predicando, contando parábolas, exhortando, etc.
Fue y será el más grande líder que haya existido sobre la faz de la tierra y sin embargo podemos percibir que sacaba tiempo para “retirarse a solas” y así tener descanso espiritual y renovación.
Jesús después de una noche muy ocupada en la que sanó a muchos, porque todos en el lugar en donde estaban lo buscaban, se levantó a orar, lo leemos en Marcos capítulo 1, verso 35 “Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar”. (RVR1960)
El Señor sabía que su capacidad para amar, servir y ministrar a las personas necesitadas estaba directamente relacionada con el cuidado de su vida interior y de su relación con el Padre.
En nosotros se aplica el dicho popular que dice “no puedes dar de lo que no tienes”. Jesús nos dejó el ejemplo de sacar tiempo para retirarse y orar en soledad. Al hacerlo se activará el ti un “nuevo empoderamiento” para servir y dar sin sentir la carga y la presión del servicio sin descanso.
Alguien preguntó, “¿Qué pasaría si nuestra vida de discípulos de Jesús incluyéramos el hábito de retirarnos a menudo para centrar toda la atención en el Padre Celestial?”
Primero, creo que mantendríamos nuestra identidad clara en Cristo.
Segundo, nuestra vida emocional, física, pero especialmente la espiritual serían recargadas para continuar dando lo mejor que tenemos; y así aprendamos a amar más, a tener más humildad y a valorar los regalos que Dios tiene para nosotros.
Te invito para hacer “un alto” y tener así un encuentro con el Dios vivo.
Oremos “Amado Señor, te busco hoy, dejando a un lado mis preocupaciones y mi agenda del día. Te pido que me llenes mas de Ti, que me muestres la forma en la que debo vivir acorde con Tu Palabra, edifícame, instrúyeme y hazme todos los días más como Tú, lo pido en el Nombre de Jesús, Amén”
Versículo “Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar”. Marcos 1:35 (RVR1960)
Buen Dia
Juan C Quintero
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