JAACÁN
«torcedor».
Hijo de Eser, descendiente de Esaú (1 Cr. 1:42), antecesor de la tribu Bene-jaacán, cuyo nombre señala una estación del viaje de los israelitas en su éxodo por el desierto (Nm. 33:31). Había pozos en esa estación (Dt. 10:6) y el pueblo estuvo allí dos veces.
JAAZANÍAS
«Jehová escucha».
(a) Jefe de unas bandas dispersas del ejército, después del hundimiento de Judá, era hijo de Osaías maacateo. Fue a Mizpa a rendir homenaje a Gedalías, a quien Nabucodonosor había designado gobernador de Judá después de la conquista a Jerusalén (Jer. 40:7, 8). Jaazanías no tomó parte en el asesinato de Gedalías; parece que hizo grandes esfuerzos para apoderarse de los criminales y entregarlos, pero se refugiaron en Moab. Formó parte de los que suplicaron al profeta Jeremías que consultara a Dios si aprobaba el proyecto de emigración del residuo de los israelitas, que querían dirigirse a Egipto (Jer. 42:1). Parece que en Jer. 43:2 el nombre Azarías es una alteración del de Jaazanías o Jezanías (cf. 2 R. 25:23; Jer. 40:7, 8; 42:1; 43:2).
(b) Recabita que se negó a beber vino (Jer. 35:3).
(c) Anciano dado a la idolatría (Ez. 8:11).
JABES
= «lugar árido».
(a) Padre de Salum rey de Israel (2 R. 15:10, 13, 14).
(b) Príncipe de Judá (1 Cr. 4:9-10).
JABÍN
= «Él (Dios) percibe».
(a) Rey cananeo de Hazor de Galilea y de las ciudades dependientes. Jabín fue el jefe de la liga de reyes del norte y centro, que Josué venció en las aguas de Merom. Después de la batalla, los israelitas tomaron Hazor, incendiándola, y dando muerte a su rey (Jos. 11:1-14).
(b) Otro rey cananeo, que reinó también sobre Hazor; probablemente descendía del anterior (Jue. 4:2). También encabezaba una coalición de reyes (Jue. 5:19), y oprimió a los israelitas durante veinte años. Finalmente, Débora y Barac vencieron a Sísara en el torrente de Cisón. Sísara fue muerto por Jael, una mujer (véase JAEL). La guerra prosiguió hasta la destrucción de Jabín (Jue. 4:17-24).
JACOB
Significado: “el que toma por el calcañar” o “el que suplanta”.
Nombre del patriarca del Antiguo Testamento, padre del pueblo hebreo; fue hijo de Isaac y de Rebeca y hermano gemelo de Esaú. Su nacimiento fue ansiosamente esperado por su padre que oraba al Señor para que le diese hijos que perpetuasen su nombre y su heredad (Gn. 25:21). La historia de su vida se relata en Gn. 25:21; 50:14.
Antes del nacimiento su madre supo, por revelación divina, que en su seno se originarían dos grandes naciones ya divididas entre sí. Esaú nació primero pero Jacob le siguió asido de su talón (Gn. 25:22.26). Según la ley, la primogenitura le correspondía a Esaú, pero Jacob, con notable astucia, se la arrebató (Gn. 25:29-34; He. 12:16). Protegido por su madre, Jacob logró suplantar a su hermano y obtuvo con engaño la bendición paterna (Gn. 27:1.29), y Esaú indignado, prometió matarlo (Gn. 27.:41). Rebeca misma se vio obligada a procurar que Isaac enviara a Jacob a Harán, con el pretexto de elegir esposa allí (Gn. 27.42. 28:5; Os. 12:12) Durante su viaje Jacob tuvo una visión de una escalera que llegaba hasta el cielo y ángeles de Dios que subían y bajaban. En aquel lugar Dios confirmó a Jacob el pacto con Abraham. Jacob erigió un altar, llamó a aquel lugar Be-tel «casa de Dios”) e hizo voto ante Dios (Gn. 28: 11-22).
JACOBO (o SANTIAGO) EL HERMANO DE JESUS
Jacobo, hijo de María y José (Mateo 13:55; Marcos 6:3), no fue uno de los doce apóstoles (Mateo 10:2‑4), ni fue al principio creyente en su hermano Jesús (Juan 7:5). Pero después de la resurrección llegó a creer, probablemente mediante alguna manifestación especial del Señor resucitado. (Cristo se manifestó a los quinientos, y “después apareció a Jacobo” [ 1 Corintios 15:7].) Recibió el título de apóstol (Gálatas 1:19), fue uno de los dirigentes en la iglesia de Jerusalén (Gálatas 2:9; Hechos 15), y, junto con los ancianos, recibió a Pablo cuando éste regresó de su tercer viaje misionero (Hechos 21:18). Es el autor de la epístola de Santiago. Hay quienes infieren que era casado (1 Corintios 9: 5). “El justo” llamaban los antiguos a Jacobo por sus sobresalientes virtudes. Según la tradición murió apedreado por los líderes religiosos.
JACOBO EL HIJO DE ALFEO
Jacobo fue hijo de Alfeo y María, que algunos suponen hermana de la madre de Jesús, según lo cual Jacobo sería primo de Jesús. Jacobo fue uno de los doce apóstoles (Mateo 10:3; Hechos 1:13). Fue llamado “Santiago el menor” o “el pequeño” quizá porque fuera de baja estatura. Jacobo tenía hermanos, pero no se sabe de fijo cuántos ni quiénes eran. Posiblemente José (Mateo 27:56) y Mateo (Marcos 2: 14).
JACOBO, HIJO DE ZEBEDEO
Jacobo, hijo de Zebedeo y Salomé, hermano. mayor de Juan, fue uno de los primeros discípulos de Jesús. Andaba Jesús por la orilla del mar de Galilea, cuando lo llamó. Jacobo abandonó inmediatamente sus negocios de pescador y lo siguió. Jesús dio a Jacobo y Juan el apodo de Boanerges, o “hijos del trueno” (Mar cos 3:17). Junto con Pedro y Juan, formó el trío de discípulos íntimos de Jesús. Fue el primero de los doce en padecer el martirio. Murió en los primeros días de la iglesia apostólica por orden del rey Herodes Agripa I, allá por el 44 D.C. (Hechos 12:2).
JADÚA
«conocido».
Nombre propio; entre los personajes bíblicos que lo llevaron los principales son:
(a) el hijo de Jonatán, el último sumo sacerdote del Antiguo Testamento mencionado en Neh. 12:11.
(b) El que suscribió el pacto con Nehemías (Neh. 10:21).
JAEL
= «cabra silvestre».
Esposa de Heber ceneo (Jue. 4:17). En su huida de Barac, Sísara, el general del rey cananeo Jabín, fiado en la paz que había entre su rey y Heber, se dirigió hacia la tienda de Jael. Jael lo hizo entrar y le dio leche para aliviar su sed. Cuando Sísara estaba profundamente dormido, le atravesó las sienes con una estaca (Jue. 4:11-22). Débora alabó este hecho de Jael (Jue. 5:6, 24-27). Sísara era enemigo del pueblo de Dios, y había sido instrumento de gravosa opresión durante muchos años. Pero, por otra parte, Jael violó la palabra dada y la hospitalidad sagrada. El mismo Josué se vio atado por su tratado con los gabaonitas, aunque había sido engañado por ellos (Jos. 9:3-27). Dios había profetizado que el Señor vendería a Sísara a manos de mujer. En Su soberanía, Dios usó el ardid traicionero de Jael para destrozar el poderío de Jabín con la muerte de su cruel general. Éste es un caso como otros en el que el fin es conforme a la voluntad de Dios, pero no la manera en que se lleva a cabo. De esta manera, los hijos de Israel tuvieron cuarenta años de desahogo.
JAFET
= «engrandecimiento».
Nombre del menor de los hijos de Noé (Gn. 9:24; 10:21) que, juntamente con su padre, su mujer y los demás familiares de Noé se salvó del Diluvio (Gn. 7:7; 1 P. 3:20). El libro de Génesis dice que Jafet fue el padre de las naciones de Europa (Gn. 10:5).
Jafet fue, quizás, el «Japetos» a quien las leyendas griegas representan como progenitor de la raza griega. Sus siete hijos (Gn. 10:2-5; 1 Cr. 1:5) ocuparon con su posteridad el norte de Asia y la mayor parte de Europa. En tiempos posteriores los griegos y los romanos subyugaron partes considerables del Asia meridional (Gn. 9:27).
JAFÍA
= «espléndido».
(a) Rey de Laquis, uno de los cinco príncipes amorreos que se unieron a Adonisedec para atacar a Gabaón pero que fueron derrotados cerca de Bet-horón por Josué, que recibió un auxilio milagroso, y fueron muertos en la cueva de Maceda (Jos. 10:3).
(b) Un hijo de David que nació en Jerusalén (2 S. 5:16) y del cual no se habla en ninguna otra parte.
(c) Ciudad fronteriza de Zabulón hacia el sur entre Daberet y Get-hefer (Jos. 19:12), ahora Jafa, cerca de Nazaret.
JAIR
= «él iluminará».
(a) Hijo de Segub y descendiente de Judá, pero llamado «hijo de Manasés» por parte de su madre, hija de Maquir. Conquistó el territorio de Argob con algunas ciudades, y le dio el nombre de Havot-jair (Nm. 32:41; Dt. 3:14; Jos. 13:30; 1 R. 4:13; 1 Cr. 2:22, 23).
(b) Galaadita que juzgó Israel durante veintidós años (Jue. 10:3-5); tuvo treinta hijos, y treinta ciudades en tierra de Galaad.
(c) Padre de Elhanán, que dio muerte a Lahmi hermano de Goliat (1 Cr. 20:5); recibe el nombre de Jaare-oregim en 2 S. 21:19.
(d) Un benjamita, padre de Mardoqueo (Est. 2:5).
JAIRO
Jefe de una sinagoga, cuya hija el Señor Jesús resucitó (Mr. 5:22; Lc. 8:41).
JAMBRES
JANES y JAMBRES.
Nombre de los dos magos egipcios que intentaron oponerse a Moisés (2 Ti. 3:8). Esta alusión se refiere a los acontecimientos descritos en Éx. 7:11, 12, 22; 8:3, 14, 15; 9:11. Estos pasajes no dan ni el número ni el nombre de los magos, pero los Targumes y el Talmud hacen alusión a ellos. Son mencionados, uno de ellos o ambos, por Plinio y Apuleyo, que mencionan a Janes y a Moisés como famosos magos de la antigüedad.
Un filósofo pitagórico del siglo II d.C., Numenius, menciona a Janes y Jambres como escribas sagrados de los egipcios (gr. «hierogrammateis»).
JAREB
= «disputador».
Rey de Asiria, su nombre no ha sido identificado (Os. 5:13; 10:6). Se cree que Jareb no es un nombre propio, sino un calificativo, un título del rey de Asiria. Hay comentaristas que creen que se deriva del asirio «sharru rabu», «gran rey». Podría tratarse de una alusión a Tiglat-pileser (cf. 2 R. 18:19).
JASOBAM
= «regrese el pueblo».
(a) Jefe de los valientes de David (1 Cr. 11:11; 27:2, 3), probablemente el tacmonita de 2 S. 23:8.
(b) Un benjaminita que se unió a David en Siclag (1 Cr. 12:6).
JASÓN
(gr. «Iasõn», «que cura»; los judíos de tendencia helenizante ponían el nombre de Jasón en lugar del de Josué, Jesúa o Jesús).
Cristiano, pariente de Pablo (Ro. 16:21). Posiblemente sea el mismo que, viviendo en Tesalónica, alojó a Pablo y a Silas en su casa al pasar ellos por aquella ciudad. Los judíos adversarios y cómplices suyos llevaron a Jasón y a otros creyentes ante los magistrados, por haber ofrecido hospitalidad a extranjeros indeseables. Jasón y los demás sólo fueron liberados después de haber pagado una fianza (Hch. 17:5-9).
JAVÁN
Cuarto hijo de Jafet y padre de Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim.
Javán, territorialmente, se corresponde, en sentido estricto, con Ionia, la civilización griega en Asia Menor, pero pronto pasó a denotar todos los pueblos griegos (cf. Gn. 10:2, 4; 1 Cr. 1:5, 7; Is. 66:19; Dn. 8:21 [heb.: «rey de Javán»];Dn. 10:20; 11:2; Zac. 9:13).
JEDIDÍAS
= «amado de Jehová».
Nombre dado a Salomón, en su nacimiento, por Natán el profeta, como prenda especial de que Dios volvía a mirar con favor a David una vez arrepentido después de la muerte del primer hijo de Betsabé (2 S. 12:24, 25).
JEDUTÚN
(hebreo, «elogiador»).
Nombre propio de un levita de los hijos de Merari, director de la música del tabernáculo en tiempo de David, con Hemán el coatita y Asaf el gersonita (1 Cr. 23:6).
Su cargo principal era «alzar la voz con címbalos de metal» (1 Cr. 23:19). «Los hijos de Jedutún profetizaban con el arpa» (1 Cr. 25:3, 9), y oficiaron como directores de música en la dedicación del Templo (2 Cr. 5:12), en la purificación del Templo hecha por Ezequías (2 Cr. 29:14), en la Pascua celebrada por Josías (2 Cr. 35:15) y después de la cautividad (Neh. 11:17). El nombre de uno de ellos aparece en el título de los Sal. 39, 62 y 77. Probablemente es el mismo Etán que se menciona en el mismo libro (1 Cr. 15:17).
JEREMÍAS
Significado: “Jehová eleva”.
Jeremías nació en el Siglo séptimo A.C. en Anatot, no lejos de Jerusalén. Tenía veinte años de edad cuando el Señor lo llamó a ser profeta suyo. Profetizó el castigo de Jerusalén a manos de un pueblo de corazón empedernido y oídos reacios. Fiel bajo desesperadas y abrumadoras circunstancias de persecución, Jeremías vio a su pueblo pasar de la prosperidad bajo el rey Josías a una condición de perversidad bajo el mando de cuatro reyes impíos que levantaron ídolos y perseveraron en extraviar al pueblo. Presenció impotente la invasión babilónica, y finalmente cumplimiento de su profecía‑ la caída de Jerusalén. Para su seguridad, los simpatizantes de Jeremías, mediante ruegos, convencieron al profeta para que se fuera a Egipto. Predicó durante unos cincuenta años. Se le identifica con el libro del Antiguo Testamento que lleva su nombre.
JEROBOAM
Jeroboam, residente de Sereda, fue hijo de Nabat, de la tribu de Efraín. Trabajó en la construcción de fortificaciones durante el reinado de Salomón. Reconociendo las capacidades de Jeroboam, Salomón lo nombró jefe de la casa de José. Disgustado por la tiranía de Salomón, y dado que cierto profeta predijo que Dios le daría un reino, se rebeló contra Salomón. Por ello, éste procuró matarlo, lo cual forzó a Jeroboam a refugiarse en Egipto. Muerto Salomón, regresó y halló en el trono a Roboam, hijo de Salomón. Procurando aliviar la suerte del pueblo, que estaba abrumado de impuestos, Jeroboam tomó su representación, pero Roboam no aceptó ninguna instancia, y las diez tribus del norte se rebelaron, eligiendo a Jeroboam como rey suyo. Su reinado duró de 922 a 901 A.C. Pero su gobierno estuvo dominado por sus intereses personales. Para evitar que el pueblo fuera a Jerusalén en su peregrinación anual, revivió dos antiguos lugares de culto en Betel y Dan (1 Reyes 12:26‑30). Erigió también una imagen de oro, y el nombre de Jeroboam se volvió sinónimo de maldad por la idolatría que inició.
JEFTÉ
«él abrirá, liberará».
Noveno juez de Israel (Jue. 12:7), hijo de Galaad y una concubina (Jue. 11:1). Rechazado por los hijos legítimos de Galaad, Jefté huyó a la tierra de Tob, donde reclutó una banda de mercenarios. Habiendo sido atacados por los amonitas, los israelitas fueron a pedirle que los comandara en la lucha. Jefté aceptó con la condición de que se le mantuviera como caudillo si derrotaba a Amón (Jue. 11:7-11); los israelitas ganaron la victoria.
Jefté, antes de marchar al campo de batalla, había hecho el voto de sacrificar al primero de su casa que saliera a recibirle al regresar (Jue. 11:30, 31). Grande fue su tristeza cuando su hija única salió a recibirle con panderos y danzas (Jue. 11:34). Hay diferencia de opiniones respecto de si Jefté realmente cumplió su voto o no, pero el relato bíblico parece indicar que sí lo cumplió. De igual manera, no es unánime la comprensión de la naturaleza del voto. Cuando su hija volvió después de haber «llorado su virginidad» por dos meses con sus compañeras, Jefté «hizo de ella conforme al voto que había hecho» (Jue. 11:39). Sin embargo, la Escritura no dice si Dios aprobó o no tal sacrificio. Por exhortaciones que tenemos en muchos lugares contra los sacrificios humanos podemos creer que lo desaprobó. No obstante, no lo impidió con un milagro, como ocurrió con Abraham, pues no era Dios quien lo había mandado, y quizá la misma hija se ofreció de buena fe en honor del Dios de quien ella tenía un concepto deficiente.
Los efrainitas amenazaron de muerte a Jefté. Éste los derrotó, y a los que procuraban escapar huyendo por los vados del Jordán, los de Galaad los identificaban obligándolos a pronunciarShibolet, palabra cuya pronunciación correcta les resultaba casi imposible a los efrainitas (Jue. 12:1-6).
Jefté fue juez de Israel durante seis años, y fue sepultado «en una de las ciudades de Galaad» (Jue. 12:7).
JETRO
Jetro, sacerdote de Madián, era varón de mucha entereza, profundidad espiritual y sabio juicio. Su mayor notoriedad quizá le viene de su relación con Moisés, pues le dio refugio y trabajo cuando huía de Egipto. Moisés cuidó los rebaños de Jetro durante cuarenta años y se casó con su hija Séfora. Llamado por Dios para regresar a Egipto, Moisés llevó consigo a Séfora y sus dos hijos, pero pronto volvió a dejarlos al cuidado de Jetro. Después del paso del Mar Rojo, Jetro se los devolvió a Moisés. Luego enseñó a Moisés procedimientos legislativos y judiciales para guiar a los hijos de Israel, poniendo énfasis en que toda ley debe ser dada por Dios y encargada únicamente a hombres con capacidad, buena relación con Dios, integridad y verdad (Éxodo 18:19‑23). A Jetro se le llama también Reuel.
JERA
«luna»
Tercer hijo de los trece que tuvo Joctán y progenitor de una tribu árabe (Gn. 10:26; 1 Cr. 1:20); perteneciente a la descendencia de Sem.
JERAMEEL
= «Misericordia de Dios».
(a) Hijo de Hezrón, descendiente de Judá (1 Cr. 2:9-42), tuvo mucha descendencia.
(b) Hijo de Cis, descendiente de Merari, levita (1 Cr. 24:29).
(c) Hijo de Hamelec y oficial del rey Joacim, recibió orden de prender a Baruc y Jeremías el profeta (Jer. 36:26).
JEREMAI
= «Jah es exaltado».
Israelita al que Esdras persuadió para que dejara a la mujer extranjera que había tomado (Esd. 10:33).
JEROBAAL
= «pelee Baal con él».
Nombre recibido por Gedeón (Jue. 6:32) y que indica su vocación de servicio a la causa de Dios y del pueblo de Israel. Muchos personajes en la Biblia, al serles encomendada una misión, cambiaron de nombre, indicando la nueva esencia de su misión. (Véase GEDEÓN.)
JEROBOAM
«el pueblo se hace numeroso».
(a) JEROBOAM I
Fue hijo de Nabat, de la tribu de Efraín, y primer rey del reino del norte. Reinó veintidós años (931-910 a.C.). Había sido funcionario de Salomón, pero el profeta Ahías, encontrándole, rompió su capa nueva en doce pedazos, y guardando dos para sí, le dio a él los otros diez, anunciándole que sería rey sobre diez de las tribus (1 R. 11:29-39). Por esta causa, Salomón procuró darle muerte, pero él huyó a Egipto, quedándose allí bajo la protección de Sisac hasta la muerte de Salomón (1 R. 11:40, véanse FARAÓN, SALOMÓN). Al reclamar los israelitas a Roboam que les aliviara las cargas de los impuestos y levas que les habían sido impuestas por su padre, éste replicó con dura altanería, lo que dio lugar al cisma nacional (1 R. 12:1-17; 2 Cr. 10:1-17). Jeroboam fue hecho rey sobre las diez tribus (1 R. 12:20). Temiendo que sus súbditos le fueran desleales si iban a Jerusalén a adorar, erigió dos becerros de oro, uno en Dan, el extremo norte de sus dominios, y el otro en Bet-el, el extremo sur, propiciando la adoración de Jehová bajo el simbolismo de estos dos becerros (1 R. 12:25-33). Expulsó a los levitas del sacerdocio (1 R. 12:31-33; 2 Cr. 11:13-15). Pero su pretendido culto nacional a Jehová, bajo la forma de idolatría y cisma con respecto al templo de Jerusalén, fue considerado por Dios como culto a los demonios e ídolos (2 Cr. 11:16). Tal proceder provocó la emigración de muchos israelitas fieles a Dios, levitas y de las otras tribus, al reino de Judá (2 Cr. 11:16-17). De esta manera se debilitó el reino de Jeroboam, y cayó en una burda idolatría.
Un varón de Dios acudió desde Judá para clamar en contra del altar de Bet-el, y al extenderse contra él la mano del rey, ésta se secó inmediatamente. Al rogar por él el profeta, le fue restaurada la mano, pero no se arrepintió de su idolatría (1 R. 13:1-6 y ss.). Le había sido anunciado que si seguía al Señor como David lo había hecho, su casa sería afirmada, pero por su rebelión contra el orden divino su dinastía se extinguió en su hijo Nadab (1 R. 14:7-11 y ss.). «El pecado de Jeroboam hijo de Nabat» vino a ser proverbio en boca de los israelitas (cf. 1 R. 16:31; 2 R. 3:3; 10:29, 31; 13:11; 14:24; 15:9, 18, 24, 28; 13:2, 6; 17:22).
Durante su reinado fueron constantes las guerras con Roboam (cf. 1 Cr. 12:15). Jeroboam es un ejemplo claro de manipulador de la religión con fines políticos, y constituye una advertencia universal contra ello, contra la idolatría y contra la intromisión humana en las formas del culto, en lugar de una sencilla sumisión a las formas que Dios nos ha dado en Su palabra (cf. 1 R. 12:28-33).
(b) JEROBOAM II
Hijo de Joás y sucesor suyo sobre el trono de Israel. Fue hecho corregente el año 793 y reinó en solitario durante treinta años (782-752). Consiguió extender sus territorios derrotando a los sirios, y recobró Hamat y Damasco. De él se usa el refrán «no se apartó de todos los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel».
Amós profetizó que moriría a espada (2 R. 13:13; 14:16-29; 15:1, 8; 1 Cr. 5:17; Os. 1:1; Am. 1:1; 7:9-11).
JEROHAM
(a) Abuelo de Samuel (1 S. 1:1).
(b) Descendiente de Benjamín (1 Cr. 8:27).
(c) Benjaminita, quizás el mismo que el anterior (1 Cr. 9:8).
(d) Sacerdote (1 Cr. 9:12).
(e) Padre de dos de los reclutas de David en Siclag (1 Cr. 12:7).
(f) Padre de Azareel (1 Cr. 27:22).
(g) Padre de Azarías (2 Cr. 23:1).
JESHÚA o JESÚA
o JESÚA (a veces, sin acento, forma hebrea posterior de Josué).
a) Nombre de varios personajes, en su mayoría levitas (1 Cr. 24:11; 2 Cr. 31:15; Esd. 2:2; Neh. 7:11, 43; 8:7).
JESÚS
(forma latina derivada del gr. «Iesous», transcripción del hebreo «Jeshua», forma tardía de «Jehoshua» o «Joshua», es decir, Josué: «Jehová es salvación»).
(a) El nombre de nuestro Señor. Véase JESUCRISTO.
(b) En los libros apócrifos en la LXX, este nombre aparece numerosas veces. El traductor del Eclesiástico al gr. fue Jesús el hijo de Sirach.
JETER
= «abundancia».
(a) Primogénito de Gedeón (Jue. 8:20).
(b) Un ismaelita, padre de Amasa (1 R. 2:5, 32; 1 Cr. 2:17). Es llamado Itra en 2 S. 17:25, y considerado israelita. Pudo haber sido ismaelita de nacimiento, y haber entrado en la congregación de Israel como prosélito.
(c) Hijo de Jada, de la tribu de Judá (1 Cr. 2:32).
(d) Hijo de Esdras, de la tribu de Judá (1 Cr. 4:17).
(e) Descendiente de Aser (1 Cr. 7:38).
JETRO
«excelencia».
Sacerdote de Madián y suegro de Moisés (Éx. 3:1). En Éx. 2:18 es llamado Reuel (cfr. Josefo, Ant. 2:12, 1). El nombre Reuel significa «amigo de Dios»; el nombre Jetro era, por lo que parece, su título. Las siete hijas de Jetro pastoreaban sus rebaños. Moisés, que había llegado huyendo de Egipto, prestó sus servicios a estas pastoras. Jetro lo acogió y le dio a Séfora en matrimonio, una de las siete. Moisés se ocupó durante cuarenta años de los rebaños de su suegro (Éx. 3:1, 2; Hch. 7:30). Llamado por Dios a volver a Egipto para que fuera el libertador de los hebreos, Moisés obtuvo de Jetro su permiso para salir, su esposa Séfora y sus dos hijos le acompañaron (Éx. 4:18-20); más tarde envió provisionalmente a su esposa con los dos hijos a Jetro (Éx. 4:24-26; 18:2) (véase SÉFORA). Después de cruzar el mar Rojo, lo que llevó a los israelitas cerca del país de Jetro, el sacerdote de Madián devolvió a Séfora y a sus dos hijos a Moisés (Éx. 18:1-7). Jetro dio gracias a Dios por haber liberado a los israelitas, y ofreció sacrificios al Señor. Al ver que Moisés pasaba mucho tiempo juzgando querellas de poca importancia, Jetro le aconsejó que nombrara jueces.
JETUR
Hijo de Ismael y nombre genérico de sus descendientes (Gn. 25:15; 1 Cr. 1:31; 5:19).
Jezabel
“A la verdad, ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel, su mujer, lo incitaba” (1 de Reyes 21:25).
Léase: 1 Reyes 21
A los ojos de Jesús, Sidón y Tiro fueron calibradas como equivalentes a Sodoma y Gomorra. Eran ciudades dedicadas al comercio, ricas y prósperas, centros de vicio y de impiedad. Jezabel procedía de Sidón. Era una princesa, la hija del rey de Sidón. Ya se puede comprender su reacción, acostumbrada a una vida licenciosa y refinida, cuando se trasladó a un ambiente rural, Jezreel, ciudad en que la vida era simple y austera en comparación, donde se hacían esfuerzos para vivir al servicio de Jehová.
La religión judía no era pura. Jeroboam había vuelto a organizar el servicio al becerro de oro pero también había el culto a Jehová. Samaria era intolerable para Jezabel, tal como era. Por ello, al ver que Acab, su marido, era un hombre sin carácter, ni voluntad, decidió tomar las cosas bajo mano. Sustituyó poco a poco el culto de Jehová por el culto a Baal. Suprimió el primero, simplemente, eliminando a los profetas. Y con ello empezó la lucha a muerte entre Elías y Jezabel. Jezabel era la que instigaba el mal que Acab permitía.
Aparecieron templos a Baal por todas partes, con sacerdotes vestidos en preciosos atuendos. Banquetes, festividades, y el pueblo seguía ávidamente todos estos festejos. Entretanto, el culto de Jehová quedó prácticamente suprimido. Los profetas fueron asesinados. Elías tuvo que huir, y no creía que hubiera en Israel ningún hombre que no hubiera doblado su rodilla ante Baal, excepto él mismo.
La lucha inexorable contra Jezabel llevada a cabo por Elías, que culminó con el milagro del Carmelo, es bien conocida y ahora no nos afecta. Pero si podemos decir unas palabras más sobre Jezabel. Era una mujer sin conciencia y sin corazón. Su arrogancia y su sensualidad no conocían límites; habían acallado la voz de su conciencia. Persiguió a muerte sistemáticamente los profetas de Jehová. Puso a muerte a Nabot para apo- derarse de su viña, con acusaciones falsas. y cuando Acab fue herido mortalmente por una flecha y Jehú se dirigió a Jezreel se posó indiferente a la ventana (2.a Reyes 9:30) con aires seductores. Jehú ordenó que la echaran ventana abajo.
Jezabel se nos aparece como una mujer repulsiva. Todo su refinamiento sólo le sirvió para comportarse de modo más brutal. Para hundirse más en el pecado. Incluso el malvado Acab queda pálido ante la perversidad de Jezabel. El eterno juicio será sobre ella peor que el que recibió en la tierra: defenestrada, pisoteada por los caballos y comida por los perros. Cuando intentaron sepultarla no hallaron de ella más que los huesos de la calavera, los pies y las palmas de las manos.
JOA
= «Jehová su hermano».
Nombre propio de varios personajes:
(a) Canciller de Ezequías, hijo de Asaf, uno de los tres comisionados a Rabsaces (2 R. 18:18, 26, 37; Is. 36:3, 11, 12), hacia el año 712 a.C.
(b) Tercer hijo de Obed-edom, portero corita (1 Cr. 26:4).
(c) Llamado también Etán (1 Cr. 6:21, 42), un levita de los hijos de Gersón. (Véase también 2 Cr. 29:12).
(d) Hijo de Joacaz y canciller del rey Josías. Ayudó en la reparación del templo (2 Cr. 34:8), hacia el año 623 a.C.
JOAB
= «Jehová su padre».
(a) Hijo de Sarvia hermana de David, y hermano de Abisai y Asael, jefe del ejército de David durante casi todo el reinado de éste (2 S. 2:13, 28; 10:7; 1 R. 11:15; 1 Cr. 27:34).
Fue valiente guerrero y hábil general, y estadista sagaz, y su grande influencia en los negocios públicos fue a menudo ejercida en bien de la nación, como en la rebelión de Absalón, y en el censo que se mandó formar de Israel (2 S. 18; 19; 24). Pero, como hombre, era altanero, vengativo y sin miramientos, lo cual lo corrobora la muerte que traidoramente dio a su rival Abner y a su primo Amasa (2 S. 3:27; 20:9, 10), su conducta para con David (2 S. 3:39; 19:5) y su connivencia con éste en el asunto de Urías; el haber dado muerte a Absalón y conspirado con Adonías contra el heredero designado por Dios para el trono; motivos por los cuales fue al fin condenado a muerte por Salomón y ejecutado al lado del altar (1 R. 2) hacia el año 1013 a.C.
(b) Hijo de Seraía, cuyos descendientes fueron artífices (en hebreo «charashim») en un valle al norte de Jerusalén (1 Cr. 4:14; Neh .11:34).
(c) Cabeza de una familia que regresó después de la cautividad (Esd. 2:6; 8:9; Neh. 7:11).
JOACAZ
= «Jehová posee».
(a) Variación del nombre de Ocozías, el menor de los hijos de Joram rey de Judá (2 Cr. 21:17; cfr. 22:1). Los elementos constitutivos del nombre han sido traspuestos.
(b) Hijo y sucesor de Jehú sobre el trono de Israel. Comenzó a reinar en el año 817 a.C., primeramente asociado con su padre, y reinó 17 años (2 R. 10:35; 13:1). Perpetuó el culto al becerro de oro instaurado por Jeroboam. El Señor castigó esta apostasía permitiendo a los sirios, bajo Hazael primero y después bajo Ben-hadad, derrotar a Joacaz. Al final, Joacaz se quedó limitado a tener una guardia de cincuenta jinetes, diez carros y diez mil soldados de a pie. En su angustia, invocó a Jehová, que libró a Israel, después de la muerte de Joacaz sin embargo, mediante sus dos sucesores: Joás y Jeroboam II. Joás volvió a tomar las ciudades que los sirios habían arrebatado a su padre; Jeroboam II restableció las antiguas fronteras de Israel. Es indudable que Joás tuvo una ayuda inesperada. Al atacar a los sirios por su retaguardia, el rey de Asiria los obligó a abandonar el reino de Israel y a acudir a su propio país para defenderlo.
(c) Uno de los hijos menores de Josías; a la muerte de este rey, el pueblo de Judá entronizó a Joacaz. El faraón Necao, al volver de la batalla contra Josías, pasó por Jerusalén, destituyendo a Joacaz, y poniendo en su lugar a Joacim su hermano mayor; Joacaz fue llevado cautivo a Ribla, y después a Egipto, donde murió (2 R. 23:30-34; 2 Cr. 36:1-4).
(d) Padre de Joa, que fue canciller de Josías (2 Cr. 34:8).
JOACIM
= «Jehová suscita».
Hijo del rey Josías (2 R. 23:34, 36). Se llamaba Eliaquim (Dios suscita). A la muerte de Josías, el pueblo entronizó a Joacaz, tercer hijo de Josías. Tres meses más tarde, el faraón Necao lo encadenó y llevó cautivo, poniendo en su lugar a su hermano mayor Eliaquim, cuyo nombre cambió por el de Joacim. Empezó a reinar alrededor del año 608 a.C., a los veinticinco años de edad. Joacim obligó a su pueblo a pagar onerosos tributos, que enviaba al faraón. Este hijo de Josías fue infiel a Jehová, y se lanzó a la idolatría. Jeremías escribió un rollo en el que daba las advertencias y amenazas de Dios, pero el rey, al leerlo, lo menospreció y desgarró con un cortaplumas, arrojándolo al fuego (Jer. 36). En el cuarto año de Joacim, Nabucodonosor venció a Necao en la batalla de Carquemis en el año 605 a.C., marchando a continuación contra Jerusalén. Joacim fue sometido a un tributo (2 R. 24:1; Jer. 46:2; Dn. 1:1, 2). Tres años más tarde, Joacim se rebeló imprudentemente contra Nabucodonosor. Otros graves problemas abrumaban también el reino, por cuanto bandas armadas de moabitas, sirios y amonitas se dedicaban al pillaje de la tierra, lo mismo que bandas de caldeos, enviadas probablemente por el rey de Babilonia al llegar a conocer la rebelión (2 R. 24:2). Al final, Nabucodonosor acudió personalmente a Jerusalén, para llevarlo encadenado hacia Babilonia (2 Cr. 36:6). Pero este proyecto debió quedar frustrado, bien por muerte natural de Joacim, bien por ser asesinado. Su cadáver fue arrojado fuera de las puertas de Jerusalén, y fue enterrado como si se tratara del cadáver de un asno (Jer. 22:19; 36:30; Ant. 10:6, 3). Joacim había reinado once años, y le sucedió su hijo Joaquín, impuesto por Nabucodonosor (2 R. 23:36; 24:6).
JOANA
(hebreo, «yohanan»)
= «gracioso don de Dios».
No mencionado en el Antiguo Testamento, figura en la genealogía de Jesús (Lc. 3:27). Algunos creen que es el mismo Hananías de 1 Cr. 3:19.
JOAQUÍN
= «Dios establecerá».
Hijo y sucesor de Joacim sobre el trono de Judá; empezó a reinar en el año 597 a.C. Según 2 R. 24:8 tenía entonces 18 años, en tanto que 2 Cr. 36:9 indica 8 años. Esta divergencia se encuentra en la LXX y en el texto masorético. Ello se explica asumiendo que Joaquín estuvo asociado diez años con su padre en el reino, y que reinó en solitario a partir de los 18 años. Su reinado duró tres meses y diez días, haciendo lo malo a los ojos del Señor. Durante este breve espacio de tiempo, los generales del rey de Babilonia asediaron Jerusalén, y la ciudad se rindió (cfr. 2 R. 24:12; cfr. Jer. 52:28). Joaquín fue deportado con sus mujeres, su madre, los criados del rey, todos los dignatarios del país y todos los artesanos (2 R. 24:8-16; 2 Cr. 36:9, 10). Joaquín fue encarcelado en Babilonia, pero en el año 37 de su exilio Evil-merodac accedió al trono de Babilonia y liberó a Joaquín, asignándole una pensión vitalicia (2 R. 25:27-30; Jer. 52:31-34). Es llamado Conías y Jeconías en los escritos de Jeremías.
JOÁS
= «Jehová ha dado».
(a) Hombre de Judá, de la familia de Sela (1 Cr. 4:22).
(b) Hombre de Manasés, de la familia de Abiezer, fue padre de Gedeón (Jue. 6:11, 15). Establecido en Ofra, estaba acomodado. Había erigido un altar a Baal y una asera, emblema de la Astarté cananea. Dios ordenó a Gedeón que derruyera todo aquello. Cuando los idólatras reclamaron a Gedeón para matarlo por aquel hecho, Joás respondió defendiéndolo: «Si es un dios, contienda por sí mismo» (Jue. 6:11-32).
(c) Benjamita de Gabaa, se unió a David en Siclag (1 Cr. 12:3).
(d) Uno de los hijos de Acab (1 R. 22:26; 2 Cr. 18:25).
(e) Hijo de Ocozías, rey de Judá. Al saber Atalía, madre de Ocozías, que su hijo había sido muerto, hizo dar muerte a todos los que quedaban de la sangre real, y se apoderó del trono. Sólo Joás pudo escapar a la muerte gracias a su tía Josaba, hermana del rey Ocozías y esposa del sumo sacerdote Joiada (2 R. 11:1-3). Joás, de un año de edad, fue escondido en el Templo, donde quedó durante seis años. Al séptimo año, Joiada preparó una conspiración para expulsar a la usurpadora Atalía del trono (2 R. 11:4-12). Atalía fue hecha prisionera y ejecutada inmediatamente fuera de la puerta de los Caballos (2 R. 11:13-16). Empezó a reinar en el año 842 a.C., a los siete años de edad, reinando cuarenta años. Joás, aconsejado por Joiada, destruyó el culto a Baal y ordenó la restauración del Templo, aunque el pueblo seguía celebrando un culto sobre los lugares altos (2 R. 12:1-16). Al morir Joiada, el rey y su pueblo se apartaron de Jehová, erigiendo aseras y otros ídolos. Al profetizar Zacarías hijo de Joiada contra tales prácticas, Joás ordenó su muerte (2 Cr. 24:15-22; Mt. 23:35). Poco después Hazael, rey de Siria, se apoderó de la ciudad filistea de Gat, y amenazó Jerusalén; Joás se vio obligado a entregarle los tesoros del Templo. Después, Joás cayó gravemente enfermo, y Amasa asumió la regencia. Unos siervos del rey Joás le dieron muerte en la cama en venganza de Zacarías hijo de Joiada (2 Cr. 24:25). Le sucedió Amasías su hijo (2 Cr. 24:27; 2 R. 12:21).
(f) Hijo de Joacaz, rey de Israel. Accedió al trono alrededor del año 800 a.C., y reinó 16 años. Este rey siguió adorando los becerros de oro de Bet-el y de Dan. Sin embargo, testimonió afecto al profeta Eliseo y se afligió por su enfermedad. Eliseo le hizo abrir la ventana que daba al oriente y que disparara una flecha, cosa que hizo. A continuación, el profeta le ordenó que golpeara con sus saetas en el suelo. El rey lo hizo sólo tres veces. Las flechas simbolizaban las victorias que Joás debía conseguir sobre los sirios. Si hubiera golpeado cinco o seis veces, hubiera llegado a destruir totalmente su poder (2 R. 13:14-25). Después de la muerte de Eliseo, Joás proveyó cien mil soldados mercenarios a Amasa, rey de Judá, que quería llevar a cabo una expedición contra los edomitas. Convencido por un profeta, Amasías los devolvió. Sin embargo, aunque estos mercenarios habían sido pagados por adelantado, irritados, se lanzaron a saquear el territorio de Judá al dirigirse hacia el norte (2 Cr. 25:6-10, 13). Es posible que esto influyera en Amasa para declarar la guerra a Joás. En la batalla de Bet-semes Amasías fue derrotado, y Joás destruyó parte de los muros de Jerusalén, se llevó los tesoros del Templo y del palacio, y rehenes con los que asegurar la paz. A la muerte de Joás, su hijo Jeroboam II accedió al trono (2 R. 14:8-16; 2 Cr. 25:17-24).
Job
En la Biblia se menciona a Job como varón perfecto y justo, temeroso de Dios. Fue hombre acaudalado y vivió en tierra de Uz. En medio de su abundancia, Dios le envió tribulación: perdió su riqueza, su familia fue destruida y perdió la salud. En todo esto Job tuvo paciencia y firme confianza en Dios, aun ante las acusaciones de sus amigos. La aflicción abrumó a Job, pero dice el relato que “bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero” (Job 42:12). Aunque padeció mucho, fue capaz de decir: “Yo sé que mi Redentor vive” (Job 19:25). El libro de Job narra la historia en forma épica. (Véase “Job” en el capítulo cuarto.)
JOEL
El profeta Joel fue hijo de cierto hombre llamado Petuel. Joel probablemente creció en Judá, y está claro que profetizó en Jerusalén. Es un tanto controvertible el tiempo exacto en que vivió y profetizó; probablemente fue en el siglo IX A.C. Dos calamidades dieron pie a la producción literaria de Joel: una plaga de langostas y una gran sequía. El profeta llama al pueblo a orar y ayunar. Quizá parte del pueblo haya respondido, pues al final del libro de Joel hay una nota de optimismo.
JOCABED
= «Jehová es gloria».
Una de las hijas de Leví.
Se casó con Amram, su sobrino, y fue madre de María (o Miriam), de Aarón y Moisés (Éx. 6:20; Nm. 26:59). Véase MOISÉS.
JOCTÁN
Descendiente de Sem a través de Heber (Gn. 10:25).
De Joctán surgieron trece tribus árabes (Gn. 10:26-30; 1 Cr. 1:19-23).
JOEL
= «Jehová es Dios».
Nombre de trece personajes bíblicos. Se destacan estos dos:
(a) Hijo primogénito del profeta Samuel y padre de Hemán el cantor (1 S. 8:2; 1 Cr. 6:33; 15:17). También aparece con el nombre de Vasni (1 Cr. 6:28).
(b) Hijo de Petuel; su libro es el segundo entre los Profetas Menores (Jl. 1:1). La vida de este profeta no se conoce.
JOHANÁN
= «regalo de Jehová».
(a) Hijo de Carea y capitán entre los judíos que quedaron en la tierra después de la destrucción de Jerusalén. Advirtió a Gedalías del complot que Ismael tramaba contra su vida. Cuando se llevó a cabo el asesinato, y el pueblo fue llevado cautivo, fue Johanán quien los rescató. Sin embargo, no quiso atender a las advertencias de Jeremías ni quedarse en la tierra, sino que condujo al remanente a Egipto, donde se entregaron a la idolatría (2 R. 25:23; Jer. 40:8-16; 41:11-16; 42:1-8; 43:2, 4, 5).
(b) Hijo mayor de Josías rey de Judá (1 Cr. 3:15).
(c) Hijo de Elioenai, un descendiente de David (1 Cr. 3:24).
(d) Hijo de Azarías, un sacerdote (1 Cr. 6:9, 10).
(e) El nombre de dos que acudieron a David en Siclag (1 Cr. 12:4, 12).
(f) Un efrainita, padre de Azarías (2 Cr. 28:12).
(g) Hijo de Hacatán, volvió del exilio (Esd. 8:12).
(h) Hijo de Eliasib levita (Esd. 10:6, Neh. 12:22, 23).
(i) Hijo de Tobías el amonita (Neh. 6:18).
JOIADA
= «Jehová ha conocido».
(a) Padre de Benaía, uno de los valientes de David (2 S. 8:18; 1 R. 1:8-44, etc.). En 1 Cr. 27:5 recibe el nombre de «sumo sacerdote», por lo que posiblemente es idéntico al apartado c.
(b) Sumo sacerdote durante la usurpación de Atalía. Preservó la vida de Joás, el hijo menor de Ococías, que tenía entonces un año, y consiguió, con prudencia y energía, ponerlo en el trono, haciendo ejecutar a Atalía. Se registra que Joás hizo lo recto a los ojos del Señor todos los días de Joiada; sin embargo, al morir el sacerdote, el rey olvidó todo lo que le debía, y dio muerte a Zacarías su hijo (2 R. 11:4-17; 12:2, 7, 9; 2 Cr. 22:11; 23:1-18; 24:2-25).
(c) Jefe de los aaronitas (o «príncipe de Aarón») que acudió a David en Hebrón (1 Cr. 12:27).
(d) Hijo de Benaía y uno de los consejeros de David (1 Cr. 27:34).
(e) Hijo de Paseah, reparó la puerta Vieja de Jerusalén (Neh. 3:6).
(f) Sacerdote mencionado por el falso profeta Semaías en sus cartas contra Jeremías (Jer. 29:26).
JONADAB
= «Jehová es generoso».
(a) Hijo de Simea y sobrino de David. Apoyó a su primo Amnón en su deseo de poseer a su medio hermana Tamar, lo que condujo a la violación de ésta por Amnón (2 S. 13:3, 5, 32, 35).
(b) Hijo de Recab el fundador de los recabitas. Jehú lo tomó consigo para mostrarle su celo por Jehová (2 R. 10:15, 23; Jer. 35:6-19).
JONÁS
Jonás (“paloma”) fue hijo de cierto Amitai. Parece sin par entre los profetas hebreos por cuanto su propósito primordial no parece haber sido predicarle a Israel. El Señor le ordenó ir a Nínive a prevenir al pueblo que iba a destruir la ciudad (Jonás 1:1‑2). En vez de obedecer a Dios, Jonás se embarcó para Tarsis. Surgió una gran tormenta y lonás pidió a los hombres que lo tiraran por la borda, pues él era la causa de la tormenta. Dios preparó un gran pez que lo tragara. Finalmente se arrepintió y Dios hizo que el pez lo vomitara en tierra seca (Jonás 2:10). Aprendida su lección, Jonás fue a Nínive y previno a los ninivitas que serían destruidos, por lo cual ellos se arrepintieron. Jonás se considera símbolo de Cristo porque permaneció en el vientre del pez tres días, así como Cristo permaneció tres días en la tumba (Mateo 12:40).
JONATáN
«don de Dios»
El hijo mayor de Saúl. Es uno de los caracteres más amables y más valerosos del Antiguo Testamento. Amó intensamente a David, el joven libertador de los judíos (1a S. 14:49, 50; 18:1). Su fe y valentía se manifiestan en (1a S. 13:3; 14). David elogió el carácter guerrero y la fidelidad de Jonatán (2ª S. 1:22). Cuando Saúl, movido por los celos, intentó matar a David, Jonatán se presentó como pacificador y expuso su vida para proteger a David (1a S. 19:1-7; 20). El relato del último encuentro de los dos amigos pinta uno de los cuadros más elocuentes de fidelidad y amor en medio de la intriga (1a S. 23:16-18). Jonatán murió al lado de su padre combatiendo a los filisteos, los enemigos de Israel en la batalla de Gilboa (1a S. 31:2). Después de la muerte de Jonatán el recién coronado rey de Israel, David, tomó a su cuidado al huérfano Mefiboset, hijo de Jonatán (2a S. 5).
Jonatán es ejemplo de amistad basada en el temor de Dios, cuando es patrimonio común a los dos amigos. Es tipo de los fieles amigos de Dios, mientras Saúl lo es del falso y de los apóstatas.
JONÁN
Hijo de Eliaquim en la genealogía de Jesús (Lc. 3:30).
Vivió unos 200 años después de David.
JONÁS
= «paloma».
(a) Profeta israelita. Hijo de Amitai, de Gat-hefer. Profetizó antes del final del reinado de Jeroboam II que Israel recobraría sus fronteras desde la entrada de Hamat hasta el mar del Arabá (2 R. 14:25; Jon. 1:1). (Véase JONÁS [LIBRO DE].)
(b) Padre de Simón Pedro (Mt. 16:17; Jn. 1:42; 21:15).
JONATÁN
= «Jehová ha dado».
(a) Levita, hijo o descendiente de Gersón hijo de Moisés (Jue. 18:30). Indudablemente se trata del mismo levita que fue a Belén de Judá, y que después salió de esta ciudad para buscar otra residencia. En el monte de Efraín consintió en servir como sacerdote a sueldo en la casa de Micaía; en contra de la Ley, el joven levita consintió en ello. Posteriormente, el ídolo fue robado por danitas emigrantes, y el sacerdote vino a ser el primero en una línea que se mantuvo hasta «el día del cautiverio de la tierra» (Jue. 18:30). Este cautiverio tiene referencia al exilio del arca de Silo (cfr. Jue. 18:31).
(b) Primogénito de Saúl (1 S. 14:49; cfr. 1 S. 20:31). Fue hombre valiente y lleno de fe. Dio muerte a la guarnición filistea en Geba (1 S. 13:2, 3). Los filisteos reunieron sus ejércitos; Jonatán fue sólo acompañado de su escudero, confiado en el Señor, y se enfrentó con ellos, y los filisteos cayeron ante él. Desconocedor de la maldición pronunciada por su padre contra quien comiera nada hasta la noche, Jonatán tomó un poco de miel silvestre. Deseando seguir la victoria, Saúl inquirió de Jehová, pero sin recibir respuesta. Por ello se echaron suertes para saber por qué el Señor no respondía, y la suerte cayó sobre Jonatán. Saúl sentenció que Jonatán debía morir, pero el ejército lo impidió (1 S. 14:1-46).
A la muerte de Goliat a manos de David, Jonatán hizo pacto con él, porque «lo amó como a sí mismo» (1 S. 18:1), y le dio de sus ropas y sus armas (1 S. 18:3-4). Después protegió a David de la ira de Saúl, aunque era heredero del trono, y consintió en que David fuera el rey; él sólo deseaba ser el segundo en el reino, tras David (1 S. 19:1-7; 20:1-42; 23:16-18). Sin embargo, Jonatán se quedó atrás con su padre, en lugar de dar una adhesión incondicional al elegido de Dios, y con su padre murió (1 S. 30:2). Es tipo de la persona de doble ánimo, y muestra el peligro de no actuar de una manera decidida (cfr. 1 S. 20:42; 23:16, 18).
En cumplimiento de su juramente con Jonatán, David tomó bajo su protección a Mefi-boset su hijo. Véase MEFI-BOSET.
(c) Hijo de Abiatar el sumo sacerdote (2 S. 15:27, 36; 17:17, 20; 1 R. 1:42, 43).
(d) Hijo de Simea hermano de David, dio muerte a un gigante (2 S. 21:20-22).
(e) Tío o pariente de David, su consejero y secretario (1 Cr. 27:32).
(f) El escriba en cuya casa estuvo encarcelado Jeremías (Jer. 37:15, 20; 38:26).
(g) Hay además otros nueve personajes con este nombre en el AT: 2 S. 23:32; 1 Cr. 11:34; 2:32, 33; Esd. 8:6; 9:15; Neh. 12:11, 14; 12:35; Jer. 40:8.
JORAM
«Jehová es ensalzado».
(a) Hijo y sucesor de Josafat rey de Judá (853-841 a.C.). Los primeros cuatro años reinó en corregencia con su padre. Se casó con Atalía, hija de Acab y Jezabel. Dio muerte a sus seis hermanos y estableció la adoración a Baal en Jerusalén. Fue atacado por los filisteos y árabes, que se apoderaron de sus mujeres e hijos. Fue advertido acerca de sus acciones por un escrito del profeta Elías (escrito indudablemente con antelación, cfr. 2 Cr. 21:12), en el que le anunciaba que Dios azotaría a su pueblo con una plaga gravosa. La enfermedad del rey sería tal que sus entrañas se desparramarían. Fue de esta manera que penosamente murió (1 R. 22:50; 2 R. 1:17; 8:16-29; 11:2; 12:18; 1 Cr. 3:11; 2 Cr. 21:1-20; 22:1, 11; Mt. 1:8).
(b) Hijo de Acab y Jezabel. Sucedió a su hermano Ocozías rey de Israel, y reinó doce años (852-841 a.C.). Quitó los baales, pero siguió con el pecado de los becerros de oro en Dan y Bet-el (2 R. 3:1-3). Se alió con Josafat contra el rey de Moab, que se había rebelado contra él. En la batalla, las tropas aliadas de Israel, Judá y Edom consiguieron la victoria, lo que llevó a que el rey de Moab, en su desesperación, ofreciera a su primogénito en holocausto sobre el muro, con lo que los israelitas se fueron (2 R. 3:4-27). En época de Joram tuvo lugar el sitio de Samaria por parte de los sirios, con una terrible hambre, y su liberación milagrosa (2 R. 6:24-7:20), y también la curación de la lepra de Naamán (2 R. 5). En cumplimiento de la profecía contra la casa de Acab (cfr. 1 R. 21:20-24), Jehú dio muerte a Joram (2 R. 9:1-23), arrojando su cadáver en el campo de Nabot (2 R. 9:24-26).
(c) Otros personajes que llevan este nombre son mencionados en 2 S. 8:10; 1 Cr. 18:10; 26:25; 2 Cr. 17:8.
Josabat
“Pero Josabat, hija del rey Joram, hermana de Ocozías, tomó a Joás, hijo de Ocozías, y lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey a quienes estaban matando, y lo ocultó de Atalía, a él y a su ama, en la cámara de dormir y de esta manera no lo mataron” (2 Reyes 11:2).
Léase: 2 Reyes 11
En la relación que hemos hecho antes de Atalía vimos cómo trató de exterminar a toda la descendencia real de la casa de David, y consiguió eliminar a todos los descendientes masculinos de Joram, menos un nieto. Este se salvó gracias a la intervención de Josabat.
Como vemos en el versículo anterior, Josabat, hermana de Ocozías, salvó a Joás, su sobrino, «mientras estaban matando a sus hermanos», y llevándoselo con su ama lo escondió en una de las habitaciones de su propia residencia. Josabat era la esposa del sumo sacerdote Joiada, y por tanto residía en el templo. El poder real no tenía prerrogativa para investigar el templo, y por tanto estaba seguro; aparte de que este hecho fue realizado sin que se diera cuenta Atalía.
Satán usó a Atalía para ver de eliminar toda la simiente de David si fuera posible. De conseguirlo habría puesto serias dificultades al cumplimiento de la profecía de que el futuro Mesías procedería del tronco de David. Pero Dios frustró los planes de Atalía.
Josabat era una mujer sencilla, llena de fe. Aunque hija del rey se casó con Joiada, un descendiente de la tribu de Leví. No conocemos detalles de la estancia de Joás bajo la protección de Josabat, pero hemos de suponer que el ama de leche de Joás era también temerosa de Dios. Ya vimos que Joás fue proclamado rey seis años después.
Josabat es una figura recordada con cariño por la Iglesia del Nuevo Testamento. No interesada en la vida fastuosa de la corte, aunque hermana del rey se casó con un sacerdote y vivió la vida semi recluida del templo. Era, probablemente una mujer de gran calma interior, pero con la mente clara, que supo cómo actuar cuando los hombres se mostraban indecisos. Se hizo cargo de la gravedad de la situación y arriesgándose al peligro de que llegara a oídos de Atalía lo que había hecho, no vaciló en su acto heroico.
Su valor se contagió al marido que, seis años después, fue el que tomó la iniciativa y fue el brazo ejecutor de la sentencia de Dios sobre Atalía.
JOSABET
= «juramento de Dios».
Hija de Joram y tía de Joás, reyes de Judá (2 R. 11:1-3; 2 Cr. 22:11).
JOSADEC
= «Dios es justo».
Levita de los que regresaron con Zorobabel de la cautividad (Esd. 3:2, 8; Neh. 12:26; 1 Cr. 6:15).
JOSAFAT
= «Jehová ha juzgado».
(a) Rey de Judá, hijo y sucesor de Asa. Parece que estuvo asociado en el trono con su padre en el año 37 de su reinado, el año 11 de Omri (1 R. 16:28, 29, LXX), reinando en solitario cinco años más tarde, alrededor del año 871 a.C. (1 R. 22:41, 42; 2 Cr. 17:1). Reinó veinticinco años, si se incluye el período de corregencia con Asa. Tenía 35 años al iniciar su reinado. Su madre se llamaba Azuba hija de Silhi (1 R. 22:42). Fue un rey piadoso, adorando a Jehová, no buscando los baales (cfr. 1 R. 22:43; 2 Cr. 17:3), aunque el pueblo seguía sacrificando en los lugares altos (1 R. 22:44). Por ello, Dios otorgó una gran prosperidad al rey. Josafat tomó medidas para instruir al pueblo en la Ley de Jehová por las ciudades de Judá (2 Cr. 17:7-9). El terror del Señor cayó sobre los reinos vecinos, y los árabes y filisteos se hicieron tributarios de Josafat (2 Cr. 17:10, 11). Puso guarniciones en las ciudades fuertes de su reino (2 Cr. 17:12-19), e hizo la paz entre Israel y Judá, que desde la época de Roboam habían estado en guerra entre sí, casando a su hijo Joram con Atalía, la hija de Acab y Jezabel. Ésta fue una unión imprudente que traería funestas consecuencias (véanse ATALÍA, JOÁS, JORAM; cfr. 1 R. 22:45; 2 R. 8:18, 26 y 2 R. 11). Sin embargo, hizo finalmente desaparecer de Judá los lugares altos, y centralizó la adoración de Dios en Jerusalén, conforme a la Ley (2 Cr. 17:5, 6), destruyendo también a los sodomitas (1 R. 22:47).
Aliado con Acab, combatió contra los sirios para reconquistar para Israel la ciudad de Ramot de Galaad. Acab murió en aquella batalla. Josafat fue reprendido por sus impías alianzas por un profeta llamado Jehú (2 Cr. 19:1). Más tarde, Dios intervino en su favor destruyendo providencialmente la liga de moabitas, amonitas y edomitas que se había formado contra él (2 Cr. 20). Después, mostrando su propensión a la alianza con la casa de Israel, emprendió una empresa comercial junto con Ocozías; Dios desbarató sus planes destruyendo los navíos que habían preparado en Ezión-geber (2 Cr. 20:35-37). Murió a los 60 años, hacia el año 850 a.C., y fue sepultado en la ciudad de David, sucediéndole Joram su hijo.
(b) Otros personajes que llevan el nombre de Josafat son:
un archivero bajo los reinados de David y Salomón (2 S. 8:16; 20:24; 1 R. 4:3);
un valiente de David (1 Cr. 11:43);
un sacerdote cuando el arca fue llevada a Jerusalén por David (1 Cr. 15:24);
un intendente de Salomón (1 R. 4:17);
el padre de Jehú rey de Israel (2 R. 9:2, 14).
JOSÉ
= «que él (Dios) añada». (Heb.: «Yãsaph».).
Tiene también la resonancia de una forma verbal que significa «él eleva». En Gn. 30:23, 24 el escritor juega con el nombre y las dos etimologías, no dando la raíz de la palabra, sino la razón por la que el nombre fue dado.
1. Undécimo hijo de Jacob y primogénito de Raquel (Gn. 30:22-24). Su historia ocupa los capítulos 37, 39-50 del libro de Génesis. Nació en Padán-aram (Mesopotamia) seis años antes del retorno de Jacob a Canaán (Gn. 30:25; cfr. Gn. 31:41), cuando Jacob tenía 90 o 91 años. El favoritismo paterno hacia él provocó la envidia de sus hermanos. Es bien conocida la historia de cómo primero sus hermanos pensaron en darle muerte, y al final lo vendieron a una caravana de mercaderes que se dirigía a Egipto y su compra por Potifar, oficial de la guardia de Faraón (Gn. 37), su encarcelamiento por el despecho de la esposa de Potifar, que no consiguió seducirlo (Gn. 39), el sueño del copero y panadero de Faraón, encarcelados con él (Gn. 40); el doble sueño de Faraón y su interpretación por José, anunciando siete años de prosperidad y siete de hambre, junto con su ascensión a primer ministro de Faraón (Gn. 41); la llegada de los hermanos de José para comprar alimentos, y los tratos de José con ellos, para inducirlos al arrepentimiento (Gn. 42-45); la emigración de Jacob y toda su familia a Egipto y su establecimiento en la tierra de Gosén bajo la protección de Faraón y de José (Gn. 46-47); las bendiciones y muerte de Jacob (Gn. 48-49) y la muerte de José (Gn. 50).
JOSE ESPOSO DE MARIA
Descendiente de David, desposado con María (Mt: 1:16; Le. 2:4). Según Mt. 1:19, era «justo», lo que señala su piedad y sumisión a la ley, y era un pobre como tantos que había en Israel (Lc. 2:24). La amarga experiencia descrita en Mt. 1:18s. sin duda correspondió al momento en que María regresó de su visita a Elisabet (Lc. 1:39-56); José había decidido romper el compromiso con ella, pero por compasión quiso hacerlo secretamente, sin tomar las normales medidas públicas. Sorprendido por una revelación (Mt. 1:20s.), aceptó con fe la concepción milagrosa del niño y se apercibió para cumplir su importantísimo cometido como guardián del Mesías. Se casó legalmente con María (Mt. 1:24), de modo que el niño nació como si fuera «hijo de José» (Mt. 13:55; Jn. 1:45; 6:42).
José marchó a Belén juntamente con su esposa encinta, con el fin de cumplir la orden dada por el edicto de César (Lc. 2: 1-7), y al nacer le puso por nombre Jesús (Mt. 1:25; Lc. 2:21). Después de los acontecimientos descritos en Lc. 2:22-39 y Mt. 2:1-12, huyó con María y el niño a Egipto (Mt. 2:13ss.). Volvió a Palestina después de la muerte de Herodes, pero una nueva revelación divina lo llevó hasta Nazaret (Mt. 2:19-23). En este lugar ejerció el oficio de tekton, en griego, y en latín faber, esto es, artesano, carpintero, ebanista (cfr. Mr. 6:3, donde Jesús también fue tekton).
José será el defensor y protector del niño Jesús. Participa de la incomprensión de María frente a la declaración de Jesús respecto a su misión especial (Lc. 2:41-52). La interpretación natural de varios textos implica que era padre de varios hijos e hijas con María (Mt. 1:25; 13:55; Mr. 3:31-35; Jn. 7:5). No se le nombra más con María y los hermanos de Jesús, y la entrega que Jesús hace de su madre al cuidado de Juan, al pie de la cruz, hace pensar que José ya había muerto para entonces (Jn. 19:26, 27).
Es apócrifa la Historia de José el carpintero, del siglo IV o V d.C., compuesta originariamente en griego, conservada en versión árabe, copta y siríaca, y últimamente traducida al alemán, francés e inglés. Trata, sobre todo, de la muerte de José y de los hermanos de Jesús.
JOSÉ DE ARIMATEA
= «que él (Dios) añada». (Heb.: «Yãsaph».).
Miembro del sanedrín, hombre rico y distinguido, esperaba el reino de Dios (Mr. 15:43). No había consentido en la sentencia de muerte pronunciada contra Jesús, por cuanto era discípulo secreto de Él, al igual que Nicodemo, el único otro miembro del concilio que tenía fe en Él. Valerosamente, José reclamó el cuerpo de Jesús a Pilato, y lo sepultó en su propio sepulcro nuevo, cumpliendo así la profecía de Is. 53:19 (Mt. 27:57-60; Lc. 23:50-53; Jn. 19:38).
JOSÍAS
= «Jehová sana».
(a) Hijo y sucesor de Amón rey de Judá. Entronizado a los ocho años de edad hacia el año 638 a.C., tuvo como consejero durante su juventud, según parece, al sumo sacerdote Hilcías. Al año octavo de su reinado, se propuso actuar conforme a las leyes de Dios, y reformar según su voluntad la vida de la corte, con lo que comenzó a extirpar la idolatría y todo lo contrario a la Ley de Dios. Siguió en este esfuerzo a lo largo de los años, no sólo en Jerusalén y Judá, sino también en lo tocante al reino del norte (2 R. 22:1, 2; 2 Cr. 34:1-7, 33). En el año decimoctavo de su reinado, tomó enérgicas medidas para restaurar y embellecer el Templo. En el curso de las obras, el sumo sacerdote Hilcías encontró en el santuario el libro de la Ley, y lo entregó a Safán, el escriba, que lo leyó ante el rey. Josías quedó profundamente tocado por la profecía que anunciaba las terribles consecuencias de abandonar a Jehová. Rasgó sus vestiduras y se humilló ante Dios que, en su misericordia, le dio la certidumbre de que el juicio inminente no caería durante su vida (2 R. 22:8-20; 2 Cr. 34:15-28).
La profecía que tanto afectó al rey se halla en los capítulos 28 a 30 de Deuteronomio, especialmente en Dt. 29:25-28. El libro hallado por Hilcías, por lo tanto, contenía al menos el quinto libro de Moisés, o quizás el Pentateuco entero. En la época de la apostasía y de las persecuciones, bajo el dilatado reinado de Manasés, la consigna había sido indudablemente la de hacer desaparecer y destruir los libros sagrados (2 R. 21:16; 2 Cr. 33:9).
Hilcías descubrió probablemente la copia de la Ley que era asignada al Templo. El rollo habría sido escondido o tirado durante la profanación del santuario (Dt. 31:9, 26), o quizás, siguiendo una antigua tradición, hubiera sido emparedado durante la construcción del primer templo. Los críticos pretenden que este «descubrimiento del libro de la Ley de Moisés» bajo Josías fue tan sólo una piadosa superchería. Los sacerdotes, según los críticos, habrían redactado el Deuteronomio para presentarlo falsamente como un escrito de Moisés, con el objetivo de atribuirse mayor importancia. Sin embargo, esta teoría carece de todo fundamento, y se enfrenta directamente con la evidencia interna e histórica.
JOSUÉ
(Heb. «Y’hõshû’a»: «Jehová es salvación».)
(a) Colaborador y sucesor de Moisés; su nombre era al principio Oseas, salvación (Nm. 13:8, 16). Era descendiente de Efraín e hijo de Nun (Nm. 13:8, 16). Condujo a los israelitas a la victoria sobre Amalec en Refidim (Éx. 17:8-16). Estuvo con Moisés en el Sinaí, mientras que al pie del monte el pueblo se hacía el becerro de oro. Josué tomó los gritos de orgía en el campamento por clamor de lucha (Éx. 24:13; 32:17, 18). Fue encargado del cuidado del primer tabernáculo de reunión (Éx. 33:11). A los 40 años de edad, Josué, como representante de Efraín, fue señalado con otros once israelitas para que fuera a espiar los puntos débiles de Canaán. Josué y Caleb se esforzaron en persuadir al pueblo que había que avanzar y apoderarse del país, fiados en Dios (Jos. 14:7; Nm. 13:8; 14:6-9). A causa de su actitud, sus oyentes casi los apedrearon (Nm. 14:10). Dios los recompensó por su lealtad y fe, prolongando sus vidas, y permitiéndoles la entrada en la Tierra Prometida (Nm. 14:20-28). Al final de los cuarenta años en el desierto, Moisés, por orden de Dios, puso a Josué ante el sumo sacerdote y delante de toda la asamblea, en Sitim, para conferirle públicamente la sucesión (Nm. 27:18-23; Dt. 1:38). Justo antes de la muerte de Moisés, los dos hombres entraron en el tabernáculo, a fin de que Josué fuera consagrado por el Señor mismo al puesto de caudillo del pueblo (Dt. 31:14, 23). Inmediatamente después, Josué empezó los preparativos para pasar el Jordán. El pueblo tenía tres días para reunir las provisiones (Jos. 1:10-11). Josué recordó a las dos tribus y media ya establecidas al este del Jordán que tenían que apoyar a sus hermanos en la empresa militar (Jos. 1:12-18), y envió a espías a explorar Jericó (Jos. 2:1). El campamento fue instalado a la orilla del Jordán, y el pueblo recibió una orden de marcha minuciosamente preparada (Jos. 3:1-6). El plan militar que Josué preparó para la conquista de Canaán demuestra sus capacidades militares. Entre sus previsiones se hallaban: un campamento central con una ventajosa situación; la toma de las ciudades en las cercanías del campamento; grandes ofensivas que deberían seguir de inmediato a estas victorias. Pero Josué cometió el error de hacer un pacto con los gabaonitas y de no dejar una guarnición en la ciudad de los jebuseos después de su conquista. Estos dos fallos contribuyeron decisivamente al aislamiento de Judá de las tribus del norte (Jos. 9). Siguiendo las órdenes de Moisés, Josué condujo al pueblo sobre los montes Ebal y Gerizim para que oyeran las bendiciones y las maldiciones (Jos. 8:30-35). Las expediciones militares de Josué quebrantaron el poder de los cananeos, pero no llegaron a exterminarlos (véase CANAÁN, La tierra y su conquista). A pesar de la perspectiva de nuevas campañas, había llegado el momento de establecerse en el país. Ayudado por el sumo sacerdote y por una comisión, Josué presidió el reparto de las tierras conquistadas. La distribución comenzó durante la estancia del campamento en Gilgal (Jos. 14:6-17:18). Josué acabó esta obra, creó ciudades de refugio, dio ciudades a los levitas, y dispuso que el Arca del Pacto se quedara en Silo (Jos. 18-21). Obtuvo para sí mismo la ciudad de Timnat-sera en el monte de Efraín (Jos. 19:50). Cuando ya era muy anciano, Josué convocó la asamblea en Siquem, el lugar donde Abraham, entrado en Canaán, había erigido el primer altar a Jehová; allí era donde las tribus iban a invocar sobre sí mismas las bendiciones y las maldiciones de Jehová. Josué pronunció un enérgico discurso, exhortando al pueblo a no abandonar a Jehová (Jos. 24:1-28). Murió poco después, a la edad de 110 años. Fue sepultado en el lugar que había elegido, en Timnat-sera (Jos. 24:29, 30).
(b) Morador de Bet-semes, propietario del campo adonde llegó el arca en un carro tirado por vacas, que los filisteos habían enviado (1 S. 6:14) (Véase ARCA DEL PACTO).
(c) Gobernador de Jerusalén bajo el reinado de Josías (2 R. 23:8)
(d) El sumo sacerdote hijo de Josadac que volvió a Babilonia con Zorobabel (Esd. 2:2; Neh. 7:7). Erigió el altar de los holocaustos, alentó a los artesanos y a la asamblea del pueblo a reconstruir el Templo (Esd. 3:2-9; Hag. 1:1,12, 14; 2:2-4). Es llamado Jesúa en Esdras y Nehemías. Como sumo sacerdote, representaba ante Dios a los deportados retornados del exilio, y recibió la seguridad del socorro divino (Zac. 3:1-9; 6:11-13). Su nombre, su obra de restauración del Templo y las dos profecías de Zacarías acerca de él le hacen un tipo de Cristo (véase JESÚA).
Cuando Moisés estaba en la presencia de Dios en el monte Sinaí, Josué permaneció en el tabernáculo; entonces, seguramente, aprendió el secreto de la paciencia de Moisés, paciencia que más tarde debía hacer suya (Ex. 24:13; 33:11; Nm. 11:28). Dios lo seleccionó como sucesor de Moisés y éste lo reconoció como tal (Nm. 27:18-23; Dt. 31). Además, Josué fue encargado de repartir la tierra juntamente con Eleazar (Nm. 34:17).
Josué tomó la dirección del pueblo de Dios inmediatamente después de la muerte de Moisés. El primer paso fue atravesar el Jordán, guiados por los levitas que llevaban el arca del pacto; cuando éstos mojaron las plantas de sus pies en la orilla del Jordán las aguas se detuvieron. Los sacerdotes permanecieron en medio del cauce seco, y todo el pueblo de Israel cruzó antes que el río reanudara su curso (Jos. 3).
Dios ordenó a Josué circuncidar a los hijos de Israel que no habían sido circuncidados después de la salida de Egipto (cp. 5). La ciudad de Jericó cayó en manos de Josué y su pueblo (cp. 6). Luego capturaron la ciudad de Hai, donde Josué mostró gran astucia militar, al emboscarse y tomar la ciudad (cp. 8). Después de conquistar toda la tierra prometida, Josué, juntamente con Eleazar, efectuaron la repartición (cps. 13 – 21). Para culminar su labor Josué invitó al pueblo a temer y servir a Dios con integridad y verdad.
La vida de este gran dirigente del pueblo de Dios no revela falla alguna en las labores que se le encomendaron. En su juventud aprendió a designar responsabilidades como hombre; como dirigente de su pueblo fue hábil caudillo y fiel a las necesidades de liberación de Israel. Lo condujo a tomar posesión de la tierra que le pertenecía porque era su herencia; como militar, fue hombre de valor y visión; como juez, fue honorable e imparcial. A lo largo de sus días Josué mostró obediencia al trabajo que Dios le asignó y lo desempeñó orgullosamente. Las palabras “yo y mi casa serviremos a Jehová” expresan el lema de su vida (Jos. 24:15). Josué, en la Biblia, se nos presenta como un lider adornado de las mejores y más armoniosas cualidades que ha de tener quien preside los destinos de un pueblo.
JOTAM
= «Jehová es eterno, sincero».
(a) Hijo menor de Gedeón. Sus setenta hermanos (su padre era polígamo) fueron asesinados por Abimelec, su medio hermano. Jotam escapó, fue al monte Gerizim, y maldijo la usurpación con una fábula contra las gentes de Siquem que se hallaban en el valle y contra el mismo Abimelec (Jue. 9:1-21). Esta maldición se cumplió con la destrucción de Siquem por parte de Abimelec y la muerte de Abimelec en Tebes (Jue. 9:22-57).
(b) Rey de Judá, compartió el trono con Uzías su padre, llamado también Azarías (750-739 a.C.), el cual había caído víctima de la lepra (2 R. 15:5, véase UZÍAS). Su regencia comenzó durante el reinado de Jeroboam II en Israel (1 Cr. 5:17). Esta simultaneidad se confirma si el temblor de tierra sucedió en la época de Uzías y de Jeroboam II (Am. 1:1; Zac. 14:5), y si se produjo en el momento en que Uzías se quería apoderar del sacerdocio, o poco después (Ant. 9:10, 4). Jotam obedeció a Jehová, aunque dejó subsistir la adoración en los lugares altos donde el pueblo se daba a la idolatría. Efectuó obras en el Templo, amplió las fortificaciones, y edificó ciudades de Judá, y una red de castillos y torres, aplastando a los amonitas y haciéndolos tributarios. Durante los dieciséis años de su reinado, Isaías y Oseas siguieron ejerciendo su ministerio (Is. 1:1). Hacia el final de su reinado los israelitas del norte y los sirios invadieron Judá. Murió a los 41 años de edad, siendo sucedido por su hijo Acaz (véase ACAZ).
JOZABAD
= «dado por Dios».
Nombre propio de varios personajes del Antiguo Testamento mencionados en los siguientes pasajes: 1 Cr. 12:4, 20; 2 Cr. 31:13; 35:9; Esd. 8:33; 10:22, 23; Neh. 8:7.
JUAN EL APÓSTOL
Juan el apóstol, hijo de Zebedeo y Salomé, y hermano de Jacobo, fue pescador hasta que Cristo lo llamó a seguirlo. Según la tradición, Juan fue el más joven de los apóstoles, y el más recordado. A Juan el apóstol se atribuyen cinco libros del Nuevo Testamento: el Evangelio de Juan, las tres epístolas de Juan y el Apocalipsis. De los doce apóstoles, Juan, Pedro y Jacobo oSantiago, fueron los más íntimos de Cristo. Los tres estuvieron con él en la resurrección de la hija de Jairo, en el monte de los Olivos, en el Getsemaní, etc., pero sólo Juan estuvo junto a la cruz cuando el Señor fue crucificado, y fue allí que Jesús le encomendó a su madre María, a quien Juan cuidó hasta que ella murió. Juan pasó sus últimos años en Éfeso, en donde, según parece, escribió su Evangelio. Columna de la Iglesia de Jerusalén, fue exiliado a la isla de Patmos, en donde escribió el Apocalipsis. Referencias: Marcos 3:17; 14:33; Lucas 5:10; Hechos, 3, etc.
JUAN EL BAUTISTA
Juan el Bautista, el precursor de Cristo, nació tres meses antes que éste, y fue hijo de un sacerdote llamado Zacarías y su esposa Elisabet (Lucas 1:5‑25, 57‑80). AL llegar a la edad viril, Juan decidió dedicarse a predicar en el desierto anunciando a Jesús, el cual estaba a punto de presentarse ante los judíos. Aparte de su vestido, hecho de pelo de camello y atado con un cinturón de cuero, fue un segundo Elías que proclamó el mensaje de arrepentimiento: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:2). El antiguo historiador Josefo aclama a Juan el Bautista “varón excelente que amonestó a los judíos para que acudieran al bautismo, y practicó la virtud y la justicia para con todos los hombres, y la piedad para con Dios”. Jesús también lo alabó. Nació cerca del 4 A.C. y fue decapitado entre el 29 y el 30 D.C. por Herodes Antipas por denunciar el matrimonio de éste con su cuñada Herodías (Mateo 4:1‑12).
JUAN MARCOS
La primera referencia a Juan Marcos se halla en Hechos (12:12). Fue hijo de cierta María de Jerusalén y primo de Bernabé. Acompañó a Pablo y a Bernabé en su primer viaje misionero. Antes del segundo viaje, se suscitó una grave discordia entre Pablo y Bernabé respecto a Juan Marcos; esto provocó la separación de ellos, pues Bernabé apoyó a Marcos (Hechos 15:37‑39), cuando éste echó pie atrás en el viaje (Hechos 13:13). Posteriormente Pablo tuvo considerable fe y confianza en Juan Marcos, pues cuando escribe a los colosenses (Colosenses 4:10) y a Filemón (Filemón 24), Marcos se halla en Roma y su presencia allá parece servir a Pablo de solaz. Una vigorosa tradición de la iglesia primitiva afirma que Juan Marcos fue también compañero de Pedro. Pasaron diez o doce años entre la última referencia a Juan Marcos en los Hechos, y la primera referencia que a él se hace en las Epístolas. Se cree que en esos años acompañó a Pedro. Hay pruebas de que estuvo con Pedro durante los últimos años del Apóstol, y de que en su Evangelio de Marcos narra la historia que oyó de Pedro. (Véase el libro de “Marcos”, capítulo IV.)
JUANA
Forma gr. femenina del heb. «Yõhãnãn», «Jehová ha hecho gracia».
Mujer de Chuza, intendente de Herodes el tetrarca, fue una de las que ayudaban a Jesús con sus bienes (Lc. 8:3) y se hallaba entre el grupo de mujeres que acompañó a María Magdalena al sepulcro del Señor (Lc. 24:10).
JUBAL
Hijo de Lamec y de Ada, descendientes de Caín.
Inventó la lira y la flauta de pastor, instrumentos de cuerda el uno y de viento el otro (Gn. 4:21).
JUDÁ
«que Él (Dios) sea alabado».
(A) Cuarto hijo de Jacob y Lea, y el cabeza de la tribu que lleva su nombre. Fue Judá el que aconsejó a sus hermanos la venta de José en lugar de quitarle la vida (Gn. 37:26). Pecó en el asunto de su nuera Tamar (Gn. 38). No tenía reparo alguno en castigar con la muerte a Tamar, hasta que quedó comprobado que él era también culpable (Gn. 38:26). Así se señala la terrible corrupción en la historia de la familia en la que, por elección de gracia, Cristo nacería (Mt. 1:2). Aunque no era el hijo mayor, pronto empezó a tener el primer lugar en la familia. Pudo persuadir a su padre que dejara ir a Benjamín a Egipto (Gn. 43:8), y cuando se tuvo que hablar a José, fue Judá quien tomó la palabra (Gn. 44:14-18 ss). En la bendición de Jacob a sus hijos, las predicciones muestran que la línea real queda centrada en Judá. El cetro no se apartaría de Judá, ni el legislador de entre sus pies hasta que viniera Siloh, etc. (Gn. 49:8-12). De Judá descendieron David y una larga sucesión de reyes. Cristo, nacido de la tribu de Judá, es llamado «el León de la tribu de Judá» (Ap. 5:5).
(B) Levita, antepasado de algunos de los que ayudaron a reconstruir el templo (Esd. 3:9). Posiblemente el mismo que Hodavías (Esd. 2:40; Neh. 7:43).
(C) Levita que había tomado una mujer extranjera (Esd. 10:23).
(D) Hijo de Senúa, supervisor de Jerusalén (Neh. 11:9).
(E) Levita que volvió del exilio (Neh. 12:8).
(F y G) Un príncipe de Judá y un sacerdote y músico que asistieron a la dedicación del muro de Jerusalén (Neh. 12:34, 36).
JUDAS ISCARIOTE
Judas Iscariote fue uno de los doce discípulos de nuestro Señor (Marcos 3:19). Respecto a él nada se sabe antes que fuera discípulo. Fue tesorero del círculo apostólico, pero lo tentó el dinero que manejaba, y su falta de honradez e infidelidad lo llevaron a traicionar a su Maestro. Antes de la Pascua Judas fue a los principales sacerdotes y convino en entregar a Jesús por treinta monedas de plata (Mateo 26:15). Durante la Pascua, se le metió Satanás y abandonó la fiesta. La traición contra Cristo se ejecutó después de la Cena del Señor, en el huerto de Getsemaní (Mateo 26:47‑50). Después de la crucifixión Judas confesó su delito e intentó devolver el dinero a los sacerdotes. Éstos no lo aceptaron, y Judas, llevado del remordimiento, fue y se ahorcó (Mateo 27:3‑5; Hechos 1:15‑20).
JUDAS, HERMANO DE JESÚS
(forma gr. del heb. «Judá»).
Pocos datos hay sobre Judas. Hay en el Nuevo Testamento muchas personas con el mismo nombre. El Judas a que aquí nos referimos fue hermano de Jesús y autor del pequeño libro que lleva su nombre. Como sus hermanos, no creyó en Cristo sino después de la resurrección. Más adelante, sin embargo, habla de sí mismo como “siervo de Jesucristo” (Judas 1). La relación espiritual con Cristo mediante Santiago fue más importante que su parentesco carnal con Cristo. Judas no se dice apóstol. Evidentemente era casado. Según la tradición, predicó en Mesopotamia y más tarde sufrió el martirio.
JUDITT Y BASEMAT
“Y fueron amargura de espíritu a Isaac y a Rebeca” (Génesis 26:35).
Léase: Génesis 26:34, 35
Esaú escogió también dos esposas para sí. Eran Judit y Basemat, las dos doncellas de los heteos, esto es, procedían de familias cananeas, y estaban acostumbradas a las idolatrías con que los habitantes originarios de Canaán provocaron al Señor. El matrimonio de Esaú representa, pues, una ruptura de la fe. Sabía muy bien Esaú que estos matrimonios iban en contra de la vocación que había recibido su pueblo al salir de Ur de los Caldeos hacia Canaán.
Abraham había salido con su familia de Ur, para evitar la idolatría de Mesopotamia, y habían sido enviados a Canaán, donde la idolatría alcanzaba proporciones mucho más escandalosas. Los habitantes de esta hermosa tierra carecían de todo vestigio de temor a Dios. Era algo degradante y que profanaba la confianza que Dios había puesto en la familia el que Esaú quisiera tomar esposas de estas familias malditas. Era inevitable que él mismo se contaminara, y en efecto, fue causa de que la idolatría penetrara en la familia santa.
Judit y Basemat tienen, pues, en la Escritura la mala fama de ser puestas como ejemplo del tipo de mujer que el hijo de una familia que teme a Dios no puede recibir por esposa. No se nos dice nada, naturalmente, de estas dos mujeres personalmente, excepto su origen, y el hecho que este matrimonio de Esaú fue causa de “amargura de espíritu” para sus padres. Es posible que fueran dos mujeres atractivas y razonables. No hay razón para que tengamos que creer que Esaú escogería mujeres indeseables. Hemos de creer que la pena que alcanzó a Isaac y Rebeca procedía del hecho de sus creencias idolátricas, y la forma pecaminosa de vida que esto implicaba.
Isaac y Rebeca estaban perpetuando las tradiciones de Abraham y Sara en su hogar. Vivían una vida quieta y piadosa. Ahora, ya en su ancianidad, aparecieron estas dos mujeres que no tenían el temor de Dios en su corazón. Tenían tendencias sensuales y paganas, lo que hoy llamaríamos mundanalidad, que chocaba con la piedad de los padres. Por ello, sus últimos años, los pasaron en amargura.
Este relato ha sido incluido en las Sagradas Escrituras para beneficio de la Iglesia de Dios. Con demasiada frecuencia la Iglesia ve que hay jóvenes cristianos que se quedan entrampados en las redes de mujeres mundanas, que no conocen ni a Dios ni al Salvador, y que queman incienso a los ídolos del mundo. Estos matrimonios suelen acabar siendo aflicción para los padres. La influencia de los padres va disminuyendo, y la de estas mujeres infieles va siendo lo que marca el tono de la nueva familia. El nombre y la Cruz de Cristo son profanados por su manera de vivir. Es raro que se perpetúe en los hijos el temor del Santo Nombre.
Esaú, con su Judit y Basemat, por tanto, son como una luz roja, indicando peligro a la familia de cada cristiano. El mal pernicioso que resulta de estos matrimonios ha de ser evitado en la comunidad del pueblo de Dios. Los padres piadosos yerran cuando rehúsan apagar este fuego en sus inicios en el hogar. Cuando abandonan a sus hijos a toda clase de asociaciones pecaminosas, luego el intento de amonestarles ya no surte efecto. Es imposible contrarrestar las malas influencias cuando están en marcha los resultados. Los padres intentan arrancar las malas hierbas, pero no evitaron que fueran sembradas: para entonces suele ser tarde. Desde la infancia a la madurez la semilla de la Iglesia de Dios debe ser mantenida dentro del temor del Señor y debe permanecer apartada de la asociación con influencias idolátricas.
JULIA
Mujer cristiana de Roma a quien Pablo envía saludos (Ro. 16:15).
JULIO
Centurión de la cohorte Augusta, encargado de un convoy de presos entre los cuales iba Pablo (Hch. 27:1, 8, 28).
Tuvo consideraciones especiales con Pablo, y el trato privilegiado que éste recibió en Roma al principio se debió, sin duda, al informe favorable rendido por él.
JUNIAS
Cristiano mencionado en Ro. 16:7.
JUSTO
(a) Sobrenombre de José, candidato que no fue elegido cuando se echaron las suertes para designar al sucesor de Judas (Hch. 1:23).
(b) Hombre piadoso que vivía en Corinto. Pablo se alojó en su casa, que era adyacente a la sinagoga (Hch. 18:7).
(c) Sobrenombre de un judío cuyo verdadero nombre era Jesús. Unió sus saludos a los de Pablo a los colosenses (Col. 4:11).