Una de las cosas mas se aprecian con agrado son los jardines bien plantados, y bien cuidados.
En ellos se nota tanto el gusto del jardinero como el cuidado que ha tenido en mantenerlo hermoso.
En la Biblia Jesús nos dio una idea para entender cómo obraría Su Reino en nuestras vidas.
Un aparte de esto lo podemos leer en el Evangelio de Marcos, capitulo 4, verso 20, en el que Jesús dijo, “Y estos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno”. (RVR60)
Al igual que cuando un agricultor ha sembrado semillas, suceden cosas asombrosas, si esa semilla cae en tierra buena, saludable y fértil; así es también en nuestros corazones cuando recibimos la Palabra de Dios en nuestro corazón.
Seremos como como un frondoso y lindo jardín. Las promesas, las virtudes, y toda la verdad de la Palabra de Dios que plantamos en nuestras vidas crecerán.
Pero debemos tener cuidado con la mala hierba que puede brotar si no prestamos atención, orando y rechazando todo aquello que no es de Dios y que el mundo o el enemigo quieren sembrar en nuestras vidas.
Si vas a experimentar todas las cosas asombrosas que Jesús ha provisto, debes ser intencional en plantar las cosas “correctas” en tu corazón y deshacerte, sin demora, de las “malas hierbas”.
Planta Su Palabra, cultívala, y producirá una cosecha increíble.
Al ayunar y orar hoy espera que Dios siembre una nueva semilla de bendición en tu vida.
Oremos, “Amado Señor, gracias por ayudarme a ver la poderosa verdad de sembrar Tu Palabra en mi vida. Se que la cosecha que se produce está transformando mi vida. Ayúdame a verte por lo que realmente eres. Ayúdame a verme a mí mismo reflejado en ti, que yo sea la imagen tuya en la tierra, lo pido en el Nombre de Jesús, Amén”.
Versículo, “Y estos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno”. Marcos 4:20 (RVR60)