Amado Dios, en este día te pido que mi espíritu
sea repleto únicamente de tu gracia y bendición
para que la derrame por donde quiera que pase
y así todo aquel que tenga sed de ti pueda saciarse.
El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí,
porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar
buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los
quebrantados de corazón, a publicar libertad
a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel.