Tener oportunidades significa poder intentar algo más de una vez.
Cuando alguien hace algo indebido contra nosotros y esta persona viene a nosotros arrepentida por lo que hizo, tenemos la opción de darle una nueva oportunidad.
Quiero que sepas que Dios está siempre listo para darte otra oportunidad. La Biblia nos dice, “No hay una sola persona en la tierra que siempre sea buena y nunca peque.” (Eclesiastés 7:20 – NTV)
El Señor no quiere que vivas con una carga pesada de culpabilidad toda la vida. La culpabilidad destruye tu autoestima, daña tus relaciones, te mantiene atrapado(a) en el pasado, y hasta daña tu salud.
Hay estudios médicos que han encontrado una directa relación entre la falta de perdón y la culpabilidad, con el estado de salud física y emocional. Pero el perdón y la restauración cambian el interior humano, sanan heridas y sentimientos.
En la Biblia en Salmos 103, verso 3 dice, Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias” (RVR60)
Insisto… “Dios quiere restaurarte, darte una nueva oportunidad, Él quiere que vivas con un sentido de promesa y esperanza, hasta puede sacar algo bueno de las malas decisiones que has hecho en tu vida, si tú le entregas esos fracasos a Él”.
¿Cómo puedo recibir esta nueva oportunidad?
Es fundamental admitir delante de Dios que has cometido un error, porque “tu mala acción no es un problema delante de Dios para aceptarte, Él te va a restaurar, nada de lo que hayas hecho le va a sorprender a Él”.
Dios te perdona instantáneamente. En el mismo momento que admites tu pecado ante Él… te perdona; además lo hace gratuitamente.
No necesitas ganártelo, y nunca lo vas a merecer. Dios te perdona totalmente. Él borra tu pecado y quedas absolutamente limpio(a).
Si estás atrapado(a) en la culpa y la vergüenza vas a estar perpetuamente adolorido(a) y avergonzado(a); te auto condenarás y pensarás que vas a ser siempre una mala persona. Esto crea un círculo vicioso de condenación, caída y vergüenza que necesitas romper; para hacerlo necesitas de un poder más poderoso que el que tú tienes; necesitas al Redentor, necesitas a Jesús.
Rompe con el ciclo de la falta de perdón. Reconoce delante del Señor que te has equivocado, pero también perdona a quien te haya hecho daño; en ambos casos lo que buscan es “una nueva oportunidad”
Oremos, “Señor, hoy me presento con un corazón humilde y arrepentido, te pido que me perdones por mi desobediencia a Tu Palabra, por haber tratado mal a los demás y por mis equivocaciones. Amado Señor Jesús, te entrego mi corazón para que lo transformes, lo pido en tu bendito Nombre, Amén”
Versículo: “Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias” Salmos 103:3 (RVR1960)
Buen Dia
Juan C Quintero
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