Vivimos en un mundo donde las percepciones son importantes, por medio de ellas se forman conceptos y se toman decisiones; es por eso que las percepciones deben ser las correctas para evitar equivocarnos o elaborar un mal juicio.
La percepción es “todas aquellas impresiones que puede recibir una persona de algo externo a él mismo por medio del uso de los sentidos; también es la manera de ver las cosas, la cual está directamente relacionada con el conocimiento o la comprensión de la situación o del objeto”.
Esto de la percepción se aplica para todos los aspectos de la vida humana, desde lo tangible, hasta lo intangible.
La percepción influenciará también nuestra fe. De la forma en que usted perciba a Jesús será la revelación que tenga de Él; es por eso que para algunas culturas Jesús fue sólo un hombre que vino e impactó a la sociedad de esa época; para otros fue un profeta; pero para los creyentes verdaderos, ¡Jesús es Dios hecho hombre!
Le reto a que examine su fe, la cual determinará su perspectiva con la que ve su relación con el Señor.
Por ejemplo responda estas preguntas: ¿Cree usted que Jesús murió en la cruz por usted?, ¿lo cree de verdad?; ¿Cree usted que resucitó y que está sentado a la diestra del Padre?; ¿Cree usted que al aceptarle como el Señor y salvador de su vida será salvo?.
Si la respuesta es sí a todas las anteriores, entonces su fe está puesta por completo en Jesús y la obra cumplida en la cruz.
Al tener esta revelación y certeza, entonces usted debería ser el mayor promotor de dicha realidad.
Unámonos en oración para que todos tengamos la percepción correcta de Jesús, tan clara, que esta sea el motor que le impulse a comprender en profundidad la misión cumplida en la cruz; porque cuando la revelación que tengamos de Jesús sea grande, vamos a querer que toda persona conozca y reciba la misma revelación.
Versículo: “Simón Pedro respondió: «¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!»” Mateo 16:16 (RVC)
Buen Dia
Juan C Quintero
www.buendiatodoslosdias.com