Así como un ciego no puede ver al mismo sol frente de él, un incrédulo es incapaz de conocer a Dios, excepto que Dios mismo abra sus ojos.
Así como un ciego no puede ver al mismo sol frente de él, un incrédulo es incapaz de conocer a Dios, excepto que Dios mismo abra sus ojos.
Síguenos y recibe contenido fresco cada día de elversículodeldía.com
Suscríbete, no te pierdas nuestras publicaciones.
Enter your account data and we will send you a link to reset your password.
Here you'll find all collections you've created before.